A vueltas con la "mochila austriaca". El Banco de España ha relanzado la idea de implantar este sistema para "acabar con la dualidad en el mercado laboral" que, según el regulador, provoca que los trabajadores fijos tengan muchos más privilegios que los temporales a la hora de ser despedidos de un trabajo. La medida, no obstante, no deja a nadie indiferente. Mientras que el organismo lo defiende, los sindicatos alertan de que será la puerta para que el despido le salga gratis a las empresas. Analizamos los pros y los contras.
Según el Banco de España, para un mismo nivel de productividad, los ajustes de empleo tienden a recaer, fundamentalmente, en aquellos trabajadores con menores derechos adquiridos, al corresponderles una menor indemnización por despido, como consecuencia de la antigüedad que han acumulado en su puesto de trabajo y del tipo de contrato que mantienen.
Además, con frecuencia, la acumulación de estos derechos de indemnización, que solo se pueden percibir en caso de pérdida del empleo por despido, tiende a limitar la movilidad de los trabajadores, pues aquellos que abandonan voluntariamente su puesto de trabajo pierden los derechos que hubieran acumulado hasta ese momento.
Así, la idea de la "mochila austriaca" es la acumulación de un fondo individual a lo largo de la vida laboral que el trabajador podrá utilizar cuando mejor le venga.
Las empresas contribuyen todos los meses a un fondo a nombre del trabajador, que este puede recuperar cuando se produce una pérdida involuntaria del empleo —ya sea como consecuencia de un despido o de la finalización del contrato—, explican en el informe del Banco de España.
En caso de baja voluntaria, el trabajador no pierde el importe acumulado en el fondo y puede seguir ampliando su cuantía con aportaciones de otros empleadores. Si no lo ha recuperado antes, el trabajador puede disponer del volumen total de recursos acumulado en este fondo en el momento de la jubilación.
Como contrapartida a las contribuciones mensuales de las empresas a los fondos individuales de sus trabajadores, en este sistema, la indemnización que las empresas tendrían que pagar en el momento preciso de producirse un despido se reduce, y este es uno de los puntos controvertidos.
Con nuestro sistema actual, solo afrontan el coste de despedir aquellas empresas que lo hagan efectivamente, pero con la "mochila austriaca", todas las empresas estarían obligadas a aportar a ese fondo privado del trabajador, despidan o no despidan. Esto, en consecuencias, se traduce en más costes laborales para la empresa, que el Banco de España quiere sufragar con los Fondos de Recuperación Euroopeos (NextGeneration) y en una injusticia para aquellas empresas que más estabilidad tengan.
Además, se crea la idea en las empresa de que "despedir sale gratis", al reducirse las indemnizaciones por despido, por lo que las empresas dejarían de esforzarse en buscar soluciones antes de llegar al despido. Para el Banco de España, esto sería positivo para las corporaciones, porque "la decisión de las empresas de prescindir de algunos trabajadores pasaría a estar relativamente más fundamentada en consideraciones de productividad y eficiencia que en diferencias en cuanto a los derechos de indemnización que estos han acumulado, ya que, en el momento del despido, los pagos que tendrían que efectuar las empresas ya no estarían tan vinculados a este último aspecto".
Uno de los aspectos positivos de esta opción de la "mochila austriaca" es que si durante la vida laboral no has sido despedido o no has hecho uso de lo que te han ido metiendo en esa hucha, podrás aprovecharlo finalmente como complemento para la jubilación.
Además, en caso de fallecimiento, la "mochila austriaca" sería heredada por el cónyuge, por lo que ayudaría también a aliviar, en parte, el coste de las pensiones por viudedad. Sin embargo, en países como Austria, donde fue implantado por primera vez este sistema en 2003, sí que se ha visto que ha funcionado para mejorar las pensiones, también por la mayor estabilidad laboral que reina en el país, cosa que en España, hoy por hoy, sería de dudosa creencia pensarlo así.
Además de que para que este sistema se pusiera en marcha haría falta una gran reforma laboral y un gran acuerdo político que, hoy por hoy, parece impensable, quedarían muchas dudas entre la propuesta del Banco de España y lo que finalmente acabaría siendo.
En un informe publicado por UGT se exponen algunas de estas preguntas sin resolver como ¿Cuál es la cuantía de la aportación de las empresas al fondo? ¿Las aportaciones al fondo constituyen la totalidad de la indemnización a disposición de su titular o supone tan solo una parte de la indemnización? ¿Quién gestiona las cuentas a nombre de los trabajadores y las trabajadoras? ¿Qué rentabilidad tienen? ¿Los usos que habilitan el rescate de los fondos de la cuenta? En este vídeo de MoneyTalks el periodista económico Javier Ruiz explica algunas de las dudas.