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Al acercarse el cierre del año solemos hacer un repaso a todos esos objetivos que hemos cumplido, pero también recordamos que todavía nos quedan varios sueños por hacer realidad. La mayoría de ellos tiene que ver con nuestras finanzas: comprarnos esa casita en la montaña, el ático frente al mar, un descapotable granate o viajar un mes a Japón.
Una solución a que todo ello o una parte se haga realidad podría estar en participar en algunos juegos de azar donde los botes son estratosféricos. Desde Uppers hemos investigado qué posibilidades hay de ganar los Euromillones y cómo ganarlos. Eso sí, siempre con sentido común, con cabeza y con una responsabilidad infinita. Además, hemos puesto el foco de atención en el truco que empleó un matemático para acertar.
En cada uno de los juegos de azar hay detrás una estadística y una probabilidad para que toque. El juego Euromillones, en concreto, arrancó en parís en 2004 y se juega en toda Europa los martes y los viernes. Consiste en seleccionar cinco números y dos estrellas y se parece mucho al sorteo de la Primitiva que se celebra en España.
En realidad, la probabilidad de acertar la combinación es prácticamente imposible porque es de una entre casi 140 millones. Sin embargo, los botes acumulados son increíbles. Incluso llegan a los 210 millones de euros a repartir entre los premios. No estamos preparados psicológicamente para manejar esas cantidades, pero merece la pena jugar e intentarlo.
Desde Loterías y Apuestas del Estado destacan que Euromillones ha caído más veces en España que en cualquier otro país. Lo que quiere decir que Hacienda estará muy agradecida porque se lleva un porcentaje importante de cada premio.
Entre los trucos de los expertos jugadores puntualizan que se debe dejar todo al azar; existen más de dos millones de combinaciones posibles, teniendo en cuenta los 50 números y las 12 estrellas que se pueden seleccionar. Las oportunidades son las mismas tanto si elegimos nuestros números favoritos, los que creemos que traen suerte o apostamos por una de las combinaciones automáticas.
Otra estrategia es jugar siempre a unos números determinados y hacerlo todas las semanas, no solo cuando hay bote, para aumentar las probabilidades de acertar. Una posibilidad es realizar apuestas reducidas con unas combinaciones que incluyan solo las apuestas necesarias para obtener un número mínimo de aciertos.
Los más estrategas aseguran que es mejor jugársela a unos pocos números porque, además, si se acierta, se cobrarán todos los premios inferiores que le correspondan a esos números y estrellas con ese único boleto. Entre los trucos más comunes destaca el de participar en el juego con más personas. Ese dinero conjunto será superior y permite hacer más apuestas que con cantidades pequeñas e individuales.
Además, es bueno guiarse por los sorteos que ya se han celebrado y comprobar qué números han salido más veces premiados y cuáles en menos ocasiones. Es un juego de azar y hay una estadística y una probabilidad detrás que se cumple. No es una tontería seguir apostando por los números más premiados en Euromillones.
También es importante tener en cuenta que los viernes es mejor día que el martes para participar. Junto a Euromillones, como incentivo, en España también se celebra El Millón, que sortea un millón de euros entre todos los jugadores que hayan sellado sus apuestas en nuestro país durante la semana.
De todos modos, es azar y estamos sometidos a él. Algunas personas en cambio podrían presumir de haber sido capaces de desarrollar un método con el que haber ganado hasta en 14 ocasiones estos premios. Es el caso de Stefan Mandel, aunque al final fue perseguido por las autoridades de varios países y encarcelado por fraude y estafa.
Esta historia comenzó en la década de los sesenta, durante la Guerra Fría. Stefan Mandel vivía en Rumanía, era matemático y trabajaba como contable. Analizó el sistema de la lotería que se celebraba en aquel momento, eligió cinco de los seis números que conformaban el premio y convenció a sus amigos para que le apoyaran.
El grupo a través de Stefan Mandel compró todos los boletos con las combinaciones posibles a partir de esos cinco números seleccionados. Aplicando ese algoritmo ganó el primer premio de 30.000 dólares en la moneda rumana de entonces, pagó los impuestos correspondientes y devolvió la inversión con un beneficio a sus colegas. Al final le quedaron 5.000 dólares y pudo retirarse por un tiempo.
Viajó hasta Australia y empleó la misma estrategia que en su país, pero con un mayor número de colaboradores porque los juegos tenían más relevancia. Hasta en 12 ocasiones lograron el objetivo de ganar para después repartir las ganancias. Las autoridades incluso llegaron a modificar la legislación al respecto porque consideraron que su estrategia podría ser una estafa.
Desde Australia, Stefan Mandel viajó a Estados Unidos para imitar el método participando en la lotería de Virginia. Reunió un total de 7 millones de dólares para jugar y ganó 27 millones después de haber devuelto a cada colega lo invertido y sus beneficios.
En los ochenta, el FBI comenzó a investigar a Mandel por fraude, pero logró sortear a la justicia de Estados Unidos. Al final, en 2004 fue detenido en el Reino Unido. Se le sentenció a diez meses de prisión y al pago de una multa de 30.000 dólares por estafa. Tras cumplir la sentencia y pagar su multa, en 2005 desapareció.