Todavía queda tiempo, pero ya nos empezamos a encontrar con números a la venta del Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad. Tenemos por costumbre comprarlos a medias con familiares y amigos, incluso aprovechamos la oportunidad para hablar y volvernos a ver las caras si nuestro estrés diario nos lo ha impedido. En Uppers vamos a explicarte cuál es la forma más segura para compartir un décimo de la Lotería de Navidad porque no queremos enfados.
Cada año se sucede la misma historia, se presenta la campaña publicitaria, nervios por si nos hacemos ricos y buscamos nuestros números soñados o los elegimos al azar, pero nos acechan muchas dudas sobre cómo compartir un décimo de Lotería. Estamos convencidos de que no vamos a discutir con nuestros seres queridos y no tan queridos, pero ¿y si toca? Cuando hay dinero de por medio se nos pueden cruzar los cables y transformarnos en seres huraños e indeseables.
A la hora de comprar el décimo, puedes hacerlo tanto en una administración de lotería tradicional como a través de internet. Comprueba que sean puntos de venta asociados y autorizados. Incluso es posible adquirirlo en la misma web de Loterías y Apuestas del Estado. Recibirás un comprobante electrónico de la compra que tiene la misma validez legal que el décimo en papel.
Cada décimo o su comprobante electrónico es como un documento al portador, lo que significa que si tiene premio lo va a cobrar quien lo tenga en su poder. Por tanto, cuando se comparte, para evitar disputas innecesarias, lo aconsejable es que la persona que lo ha comprado lo fotocopie y entregue una copia del décimo a todos los que juegan a medias.
Es de suma importancia que en esa fotocopia se refleje el nombre, el DNI y la firma de quien conserva el original. Además, deben figurar los nombres de todas las personas que participan, así como el número, la serie, la fracción y el sorteo concreto junto a la cantidad que juega cada uno.
También sirve como comprobante enviar una foto del décimo por correo electrónico e incluso por WhatsApp, pero se ha de acompañar de los mensajes necesarios que dejen claro los datos del depositario del original, quienes participan y el dinero que ha jugado cada persona. Mejor crear un grupo específico para ello.
Por supuesto, independientemente de todas estas pruebas que definen qué se juega y quién participa, es imprescindible pagar lo que corresponda y dar fe de ello. En caso contrario será imposible reclamar el premio.
Una vez toca y se reparte la ganancia, a las personas casadas les surgen dudas a cerca de si están obligados a compartirla con su cónyuge. Es probable que se quieran hasta el infinito pero no tienen por qué considerar que han de compartir absolutamente todo.
En un matrimonio la obligación de repartir depende de si se han casado en régimen de bienes gananciales o en separación de bienes. En el primer caso, cuando se convive en bienes gananciales se debe repartir el premio al 50%. Al contrario, en un régimen económico de separación de bienes se queda el premio íntegramente quien lo ha comprado, a no ser que el cónyuge tenga la posibilidad de demostrar que la cantidad jugada se compró a medias.
El depositario del décimo original tiene una gran responsabilidad y no suele ser consciente de ello hasta que resulta premiado o se lo roban. Lo aconsejable ante ese hipotético robo es denunciar el hecho ante la Policía Nacional o ante la Guardia Civil donde ha tenido lugar el suceso. La denuncia debe incorporar los máximos datos además de relatar las circunstancias que han acompañado al robo.
Cuantas más pruebas mejor, así que convienen adjuntar a la denuncia una fotocopia del décimo para dejar constancia del número, la serie y la fracción. Igualmente es necesario informar por escrito a Loterías y Apuestas del Estado. De esta forma, si resultara premiado el décimo un juez podría esclarecer quién es el dueño real.