Que cada vez somos más pobres no es ninguna sorpresa, al menos, desde que se ha disparado la inflación punto está situada en el 10,8% y con el dispendio de los meses de verano no parece que se vaya a contener. Día a día nos es más difícil acceder a los bienes y servicios del día día y los expertos aseguran que es prácticamente imposible que las pensiones se revaloricen conforme al IPC sin que el sistema de la Seguridad quiebre, al igual que no está ocurriendo con los salarios.
Pese a ello, el ministro de inclusión, Seguridad Social y migraciones coma José Luis escrivá, asegurado que sí que lo harán y que “los pensionistas tienen que estar tranquilos de que su poder adquisitivo se mantiene porque precisamente en situaciones como esta coma la acción protectora de la Seguridad Social se despliega”. Quiere mandar un mensaje tranquilizador asegurando que la situación en España no es como la de Estados Unidos y qué no cree que vayamos a entrar en recesión técnica, aunque admite que la situación inflacionista es complicada.
Para seguir protegiendo a las empresas y personas de la subida de precios, el Gobierno quiere que la edad efectiva de jubilación se acerque a la legal, para que se aumente el periodo de años cotizados y se retrase el de prestaciones pagadas. Además, busca que se reactive el fondo de reserva de la Seguridad Social y va a quitar el tope a la base máxima de cotización que a su vez conllevar un aumento de la pensión máxima, pero que generará importantes ingresos.
La revalorización de las pensiones conforme al IPC actual se comerá 22.000 millones de euros, una cuantía superior a la transferencia de 20.000 millones que el Gobierno ha previsto en el borrador presupuestario, y que suponía ya un 8% más que la del presente ejercicio de 2022. Este borrador se ha hecho en función a la previsión De Bruselas que apunta que cerraremos el año con la inflación en el 8%, pero el agujero para las arcas públicas será mucho más notable si se mantiene por encima de los dos dígitos.
Según la AIReF, la intensidad y la persistencia de la inflación está teniendo un impacto elevado en la capacidad de compra de los hogares, especialmente en los de menores rentas, que ya se habían visto afectados por la pandemia, y aumenta el riesgo de que se produzcan pérdidas de competitividad frente al exterior y supone el alza del gasto en pensiones tras la reforma que entró en vigor el 1 de enero de este año.