Jose Luis Garrido ha tenido un día completo. Por la mañana ha cerrado el curso de la Asociación de Docentes Jubilados 5 de Octubre que preside en Bilbao. Tras la comida, una sobremesa animada con los amigos y luego viaje a Laredo, donde pasará los meses de verano hasta septiembre. "Para mi jubilarme antes de tiempo no ha sido ningún trauma, al contrario".
Maestro durante 41 años, Jose Luis es una especie en peligro de extinción. "Me jubilé anticipadamente a los 60 años, y me penalizaron con cerca de 700 euros, pero no me arrepiento de nada".
Jubilarse a los 60 cada vez es más difícil. Tan solo algunos mutualistas o trabajadores de actividades penosas o peligrosas pueden hacerlo. El ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá, ha apostado para cuadrar las cuentas del sistema en que trabajemos durante más años, pero las cosas no están saliendo como planeaba.
Según los últimos datos publicados Estadiss, el portal de estadísticas del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), de las 87.000 personas que se jubilaron en los 3 primeros meses del año, 35.000 lo hicieron con 64 años o menos, son más del 40%. La edad real de jubilación sigue estando en los 64,6 años, cuando la edad ordinaria en 2022 está ya en los 66 años y dos meses.
La otra medida para sanear las cuentas del sistema de pensiones y mantenernos más tiempo en el mercado laboral es la jubilación demorada, que mejora los incentivos para los que trabajen más allá de la edad ordinaria de jubilación, un 4% más de pensión por año (antes era del 2% al 4% en función de los años cotizados). Pero hasta ahora la media anual de los que se han apuntado a la medida es de 14.000 personas. Pero todavía es pronto para analizar los resultados del incremento del 4% para todos y de la opción de poder cobrar el incentivo en un solo pago, que entraron en vigor en enero de 2022.
El anuncio de que se va a ampliar el número de años cotizados tenidos en cuenta para calcular la pensión tampoco ayuda a dar tranquilidad. Pasar de los 25 actuales a 35 o a toda la vida laboral puede suponer una pérdida del 9% en gran parte de las pensiones de los futuros jubilados, según un estudio de la Universidad de Valencia . Aunque la medida se implementará de forma gradual, y ni siquiera se ha planteado qué quiere hacer el Gobierno, muchos se plantean si no les conviene más dejar el trabajo ahora y jubilarse con las condiciones actuales.
Pero muchos boomers no están preparados tras una década que ha encadenado varias crisis profundas y deteriorado las economías de gran cantidad de familias. Más de la mitad de la generación del 'baby boom", aquella que cuenta en la actualidad con entre 44 y 63 años, no disponen de ahorro alguno para su jubilación, según una encuesta elaborada por el Instituto BBVA de Pensiones. Tan solo el 16% tiene un plan individual de pensiones y apenas un 4% cuenta con un plan de empresa. Muchos tendrán que trabajar más años para mantener su nivel de vida.
Más allá de los incentivos y las malas coyunturas económicas, parece ser que si puedes jubilarte antes, lo haces, aunque pierdas dinero. "He trabajado 41 años en el mundo de la enseñanza, y estaba muy a gusto, pero pensé que estaría mejor haciendo otro tipo de cosas. Tenía la casa pagada y unos ahorros, y decidí que merecía la pena" explica Jose Luis, y no es el único. "La mayoría de la gente que conozco, si pueden jubilarse antes, se jubilan, aunque pierdan dinero. Los que siguen trabajando lo hacen porque necesitan el dinero para no vivir de mala manera, o porque no encuentran otra motivación que el trabajo".
En cuanto a los miedos del vacío existencial y el no saber qué hacer con tu vida, el proyecto vital de Jose Luis cobra sentido ahora en la asociación de jubilados Docentes 5 de Octubre. Allí ocupa prácticamente todo su tiempo de ocio, y ha descubierto una nueva pasión: el senderismo. "He tenido una transición muy amable, no ha habido traumas de ningún tipo. He descubierto el monte y me apasiona salir con los amigos y organizar salidas y actividades. Hay veces que piensas si no haces tantas cosas para llenar un vacío, pero vivir a otro ritmo, haciendo las cosas por gusto y no por obligación, pues no tiene precio. Hay que disfrutar del camino mientras se pueda", recomienda.