Los 'pactos para envejecer juntos' que eligen muchos solteros maduros: "Yo lo tengo con mi ex para dentro de 10 años"
Con la taza de divorcios en constante alza, esta alternativa se abre paso entre los uppers que piensan en los años que vendrán.
¿Por qué resignarte a la incertidumbre si puedes tener la seguridad de un acuerdo de compañía (futura) con alguien de tu confianza?
Los 'back-up partners' o parejas de respaldo (si no encuentras a nadie más) también son una tendencia entre los más jóvenes.
En España la tradicional pareja hace aguas: un 60% de matrimonios acaba en divorcio. Y según informes del INE, dentro de una década unos seis millones de personas vivirán solas en el país. Ante esta situación no sorprende que cada vez más españoles busquen alternativas para una vejez acompañada que no necesariamente pase por vivir en pareja. El cohousing, que te contamos aquí, es una alternativa, pero no la única.
¿Que es un 'Pacto para envejecer juntos'?
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Como Ted y Robin en 'Cómo conocí a vuestra madre', o Phoebe y Joey en 'Friends', esto ocurre siempre entre los treintañeros de las sit com americanas: los protas pactan los llamados "back up marriage" para 'acabar' juntos si no consiguen pareja... ¡a los 40!
En la vida real, no se trata de la necesidad de encontrar pareja sino casi de todo lo contrario, y por eso hay adultos maduros que llegan a acuerdos para, en determinado momento previamente acordado, unir residencia, economías y afectos, para hacerse mayores en compañía. Sí, los 'pactos para envejecer juntos' existen y te traemos unos testimonios que lo prueban.
I'll be there for you
María Esther y Óscar llevan tres décadas de amistad y hace tres años, después de sendos divorcios, hijos de por medio y a sus 63 y 58 años respectivamente, decidieron mudarse juntos convencidos de que el paso del tiempo se siente menos cuando estás acompañado. Pero sobre todo estaban convencidos de algo: de que ninguno de los dos quería volver a tener pareja. "Si no lo hicimos de jóvenes para qué fastidiarlo ahora", dice ella riendo.
¿En tu casa o en la mía?
Así que mediando únicamente la amistad, la ayuda mutua y las ganas de pasarlo bien, decidieron que Óscar se trasladara a casa de María Esther, que es más amplia y está ubicada en una zona más tranquila de Madrid. "Lo habíamos hablado mucho desde hace unos años -dice Óscar- pero como no teníamos una fecha concreta, la verdad es que en un punto creo ninguno de los dos pensábamos que iba a pasar. Ahora me alegra de que haya sido así".
Los mismo piensa María Esther, quien conoce bien a su amigo y está contenta de no tener que "lidiar con él como pareja".Ahora se organizan para las tareas cotidianas, acuerdan los menús y ven televisión hasta que uno de los dos cae rendido y el otro apaga la tele para despedirse hasta un nuevo día.
Los problemas decrecen
Ximena (49) es una artista plástica que decidió, hace ya algunos años, hacer un 'pacto para envejecer juntos' nada menos que con su ex marido, quien de hecho actualmente vive en otra ciudad. "Nosotros teníamos problemas, pero en general éramos felices. Esos problemas sin duda van a desaparecer cuando seamos mayores".
Ximena está convencida de que tanto ella como Juan Pablo (50), su ex, acabarán juntos. "Siempre nos hemos prometido eso, aunque ya no seamos esposos, nuestra fecha límite es ahora dentro de diez años. Yo no quiero sentir que envejeceré sola, pero también me gusta tener la seguridad de que habrá una persona a la que acompañaré en su vejez. Y de momento no se me ocurre nadie a quien quiera cuidar más". Sobre la logística de semejante acuerdo, Ximena lo tiene claro: "Mi ex tiene una casa cerca del mar y yo tengo mis ahorros, creo que puede ser una situación de apoyo mutuo".
¿Qué pasa si uno de los dos vuelve a tener pareja?
"Lo tenemos clarísimo: el acuerdo quedará anulado si uno de los dos (o ambos) conocemos a otra persona con la que queremos pasar la vejez. Es un pacto sin ataduras, digamos, y claro que hemos contemplado esa posibilidad", dice Ximena, que asegura no estar cerrada en absoluto a volver a enamorarse. "A muchos les parece algo excéntrico que hable de esto, pero yo prefiero tener esa seguridad. De hecho, cuando he salido con alguien es casi lo primero que cuento".
Formalidades, aparte
Óscar y María Esther no tuvieron que redactar ningún acuerdo. Lo suyo fue ir probando con la convivencia y de momento les ha ido muy bien. "Claro que hemos descubierto cosas que no sabíamos del otro a pesar de ser tan amigos, porque nunca habíamos convivido más allá de algún viaje en grupo, pero son cosas normales, del día a día, que no afectan nuestra relación" dice Maria Esther.
Para Ximena, no hacen falta papeles para mantener la confianza en ese pacto. "Como bien saben, en muchos matrimonios, el pacto verbal a veces es mucho más vinculante que un papel. Es una cuestión de mutua confianza" dice. "Ahora hace ya unos años que no nos vemos, aunque hablamos bastante seguido. Es como saber que hay alguien que está siempre allí, aunque realmente no le necesites de momento. Me da tranquilidad", asegura.