La generación de los baby boomers, la de los nacidos entre los años 1958 y 1975, ya está empezando a despedirse del mercado laboral, lo que significa que en los próximos 20 años la riqueza media en España crecerá menos. Según un informe de CaixaBank Reserach, "el envejecimiento poblacional a causa de su jubilación reducirá el crecimiento del PIB per cápita en 0,5 puntos porcentuales por año durante las próximas dos décadas".
Según las proyecciones del INE, el número de personas de más de 65 años en España superará el 50% de la población en edad de trabajar (16-64 años) a mediados de la década de 2040. Este envejecimiento de la población tendrá efectos importantes en la economía. En primer lugar, porque la masiva entrada de trabajadores en las listas de pensionistas provocará que el PIB por habitante crezca menos al haber más dependientes y menos gente produciendo.
En segundo lugar, el envejecimiento también influye en los patrones de comportamiento. La población más mayor suele tener una composición en la cesta de consumo más orientada hacia el gasto en sanidad a expensas de otras partidas. Además, tiene mayor aversión al riesgo en sus inversiones.
Hay que tener en cuenta también que una mayor proporción de población en edad avanzada suele significar un mayor gasto público estructural (sanitario, en pensiones y cuidados), por lo que, si no se introducen medidas correctivas, el resultado sería un deterioro estructural del déficit público y un aumento en la deuda pública.
En cualquier caso, el impacto de la jubilación baby boom en la macroeconomía también dependerá de otros factores dinámicos e idiosincráticos, como los hábitos de consumo, la productividad agregada de la economía y por franja de edad, la predisposición a demorar el momento de la jubilación, así como elementos asociados a la calidad en los servicios públicos o las características del sistema de la Seguridad Social.
¿Qué medidas se podrían tomar para frenar ese impacto? Los expertos aportan dos posibilidades: elevar la tasa de empleo, haciendo que la población mayor o la más vulnerable puedan acceder a puestos de trabajo; e incorporar inmigrantes (60.000 más por año entre 2023 y 2045, en el mejor escenario previsto) que puedan aportar al crecimiento de la productividad.
Las proyecciones demográficas sugieren que el impacto de la jubilación de la generación millenial o de la generación Z será de mucha menor escala al ser generaciones sustancialmente menos numerosas que la generación del baby boom.