¿A qué pensión tengo derecho si a los 65 años no he cotizado nunca?
Si nunca se ha contribuido a la Seguridad Social existe la posibilidad de acceder a las pensiones no contributivas de jubilación
Es incompatible con la pensión no contributiva de invalidez y es obligatorio carecer de ingresos suficientes
El importante cambio en las pensiones de viudedad que se espera en 2024
La jubilación es ese periodo vital en el que quedamos liberados de responsabilidades laborales, jefes y horarios y podemos dedicarnos a disfrutar del tiempo libre, descansar y estar con la familia, siempre que la salud nos lo permita. En esa etapa nos corresponde una cantidad de dinero acorde a los años cotizados, pero ¿qué ocurre si tengo 65 años y no he cotizado el mínimo que exige la Seguridad Social o, incluso, no he cotizado nunca?
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Uno de los requisitos obligatorios para cobrar la pensión contributiva es que se deben haber cotizado al menos 15 años, de los cuáles, como mínimo dos de ellos deben estar comprendidos entre los 15 años inmediatamente anteriores al retiro. Pero no cumplirlo no significa que no haya ningún ingreso cuando llega el momento de la jubilación.
Derecho a una pensión no contributiva
Para estos casos existen las pensiones no contributivas, es decir, las que “se reconocen a aquellos ciudadanos que, encontrándose en situación de necesidad protegible, carezcan de recursos suficientes para su subsistencia en los términos legalmente establecidos, aun cuando no hayan cotizado nunca o el tiempo suficiente para alcanzar las prestaciones del nivel contributivo”, según explica la Seguridad Social.
En el caso concreto de la pensión no contributiva de jubilación, el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso) asevera que esta asegura a "todos los ciudadanos mayores de 65 años y en estado de necesidad una prestación económica, asistencia médico-farmacéutica gratuita y servicios sociales complementarios" pese a no haber cotizado. Pero para poder acceder a ella hay que cumplir unos requisitos.
Requisitos para acceder a ella
En primer lugar, hay que tener 65 años o más a la hora de solicitar la pensión no contributiva de jubilación. También es necesario residir en territorio español y haberlo hecho durante 10 años entre que se cumplen los 16 años de edad y la del devengo de la pensión. Por otro lado, es incompatible con la pensión no contributiva de invalidez y es obligatorio carecer de ingresos suficientes, es decir, ganar menos de 6.784,54 euros al año.
Para este año 2023, la cuantía máxima de las pensiones no contributivas queda fijada precisamente en esos 6.784,54 euros íntegros anuales, que se abonan en 12 mensualidades (484,61 euros al mes) más dos pagas extraordinarias al año.
El Imserso aclara que la "cuantía individual actualizada para cada pensionista se establece a partir del citado importe y en función del número de beneficiarios que vivan en el mismo domicilio, de sus rentas personales y/o de las de su unidad económica de convivencia, no pudiendo ser la cuantía inferior a la mínima del 25% de la establecida (1.696,14 euros al año, 121,15 euros al mes)". Nunca se cobrará por debajo de esa cantidad mínima.
Esta pensión es vitalicia y se percibe hasta el fallecimiento del titular o beneficiario, siempre y cuando el pensionista siga cumpliendo los requisitos que dan derecho a la prestación. Eso sí, si en algún momento se supera el límite de rentas establecido, se podría perder la pensión hasta que se vuelvan a cumplir los requisitos exigidos.