Darle el último adiós a un familiar o amigo no solo es un momento doloroso, sino también costoso. Si sumamos los gastos del velatorio, el ataúd, la inhumación o incineración, flores, coche o esquelas el precio de un entierro no es precisamente barato. Según la OCU, en España un sepelio sencillo y sin grandes lujos supera los 3.700 euros, y una incineración, apenas algo menos. Eso sí, hay grandes diferencias entre ciudades, pudiendo dispararse hasta los 6.000 euros en las más caras.
Según un análisis realizado en 2021 en 113 funerarias de 29 ciudades españoles, Vigo es la ciudad más cara del país, con un coste medio por entierro de 6.165 euros. Le siguen Alicante (5.455 euros), Santander (5.205 euros), Madrid (5.196 euros) y Pamplona (4.982 euros).
Las más baratas, en cambio, son Zaragoza (2.539 euros), Cádiz (2.551 euros), Albacete (2.780 euros), Logroño (2.825 euros) y Santa Cruz de Tenerife (2.975 euros). Este es el coste medio en el cementerio de cada ciudad por un servicio digno, pero sin lujos ni extras que puedan incrementar de forma notable el precio, alquilando un nicho durante un periodo mínimo de 5 años.
Pero la OCU también encuentra grandes diferencias dentro de una misma ciudad. En Madrid, escogiendo la funeraria más económica el entierro cuesta 4.426 euros, mientras que eligiendo la más cara puede llegar a costar 6.384 euros. La diferencia es de 1.958 euros. En Barcelona la opción más barata cuesta 2.378 euros, mientras que la más cara asciende a 5.100 euros, es decir, hasta 2.722 euros de diferencia.
De los cerca de 4.000 euros de media que cuesta, la mayor parte va destinada al féretro, arca o ataúd, con unos 1.198 euros, si bien se pueden encontrar modelos más económicos por alrededor de 600. El siguiente concepto que más diferencias marca es el precio del cementerio. Desde la inhumación a las tasas por el alquiler, la media suponía 646 euros el año pasado, precio que este año se habrá elevado impulsado por la inflación. En el caso de optar por la incineración en lugar de la inhumación se pueden ahorrar cerca de 100 euros.
Algunos ayuntamientos exigen el pago de tasas adicionales relacionadas con el mantenimiento, movimiento de lápidas, etc. Este coste puede variar mucho en función de factores como elegir fila del nicho, cambiar la unidad de enterramiento (sepultura, panteón…), o si la inhumación se realiza en unidades de enterramiento de las que ya dispone la familia y es necesario actuar sobre los restos allí existentes.
Además, hay otros gastos menores que van incrementando la factura final, como son las esquelas (319 euros), el personal y servicio (291 euros), el coche fúnebre (211), las diferentes gestiones que se deben realizar (205 euros) o las flores (186 euros).