El pasado viernes se conocía la noticia de la muerte de Marta Chávarri en su domicilio de Madrid a los 63 años, una de las primeras socialités y una de las mujeres más perseguidas por la prensa durante décadas. El equipo médico que se desplazó hasta su domicilio no pudo hacer nada por su vida tras haber sufrido, según algunas informaciones, un infarto cerebral. La que fuese marquesa de Cubas deja una herencia que recibirá su único hijo, Álvaro Falcó, que en los últimos tres años ha perdido a su madre y a su padre, Fernando Falcó, que murió en 2020 por complicaciones relacionadas con el coronavirus, al igual que su hermano Carlos, marqués de Griñón y padre de Tamara Falcó.
Álvaro Falcó será quien reciba la herencia de la socialité que, tras casarse con Isabelle Junot, tiene una hija, Philippa. ¿De qué legado hablamos? Principalmente de varias propiedades concentradas en el barrio madrileño de Salamanca.
Según varios medios, la principal propiedad que heredará Álvaro Falcó es un ático que la socialité compró en 2009 de unos 145 metros cuadrados en pleno corazón del barrio de Salamanca, muy cerca de las zonas que solía frecuentar, de sus amistades más cercanas y de sus comercios de confianza. Este ático, donde lamentablemente el viernes fue hallada muerta, también fue el lugar de muchos momentos felices para Chávarri, donde reunía a familiares y amigos.
En esa misma zona, pero en otro edificio, Chávarri tenía una plaza de garaje, mientras que hace cuatro años compró junto a su hermana Isabel un local a pocos minutos de su casa con más de 100 metros cuadrados que se ha destinado a oficinas, siendo en un 50% de cada hermana, por lo que el marqués de Cubas recibiría la mitad de este inmueble.
A este patrimonio inmobiliario se le suma una herencia que recibió en 2006, aunque en un porcentaje muy reducido. Un 1’265%, el mismo que sus otros tres hermanos, María, Gonzalo e Isabel, en un inmueble que se tenía que repartir entre ocho.
Más allá de sus propiedades, habría que sumar a la herencia de Marta Chávarri los bienes que poseía, como obras de arte o joyas de gran valor, que ahora pasarán en su totalidad a formar parte de los bienes de su hijo Álvaro.