Por mucho que en algunas películas una herencia parezca algo sencillo, cualquiera que haya pasado por una sabe que no es verdad por varios motivos, en especial si quien falleció no dejó un testamento hecho o si alguno de los bienes tiene problemas legales. En caso de que no haya testamento, los primeros en el orden legal son los hijos y los descendientes, tras ellos los padres y ascendientes, después el cónyuge que han enviudado, los hermanos, los sobrinos y los tíos, siendo los últimos los primos. Viéndolo así, parece prácticamente imposible que una persona, por mucho que no deje testamento, no tenga herederos, pero ojo, porque puede darse el caso de que ninguno se presente o hayan renunciado y, por tanto, no hayan sucesores.
¿Qué ocurre cuando una herencia no tiene quién la herede? Pues si nadie de la lista anterior se presenta o renuncia a ella, la herencia sería cobrada por el Estado, haciéndose cargo del proceso e ingresando el dinero y los bienes en el Tesoro Público para después estudiar a qué se destinan, según establece el Código Civil. En la última década, la cuenta pública ha sumado 80 millones de euros por testamentos sin herederos.
Pero claro, hay ciertas ocasiones donde tras un fallecimiento y la posterior renuncia, o inexistencia, de herederos, ciertos bienes quedan en un limbo que se escapa a ojos de la administración, y ahí es donde entran los ciudadanos, pues si se comunica a Hacienda la existencia de una herencia que no tiene benefactores tras la muerte de una persona, como ciudadano se podría recibir el 10% del valor líquido de los bienes como recompensa. Eso sí, para ello hay que ser un ciudadano normal, ya que los funcionarios públicos tienen la obligación de hacer ese comunicado, por lo que no recibirían ese porcentaje de la herencia.
En todo caso, da exactamente igual que no se conozca de nada al fallecido o no estés presente en el testamento, si lo hubiese, para cobrar el 10%. Los únicos requisitos son que no haya testamento ni familiares herederos o que, aunque lo haya, los sucesores renuncien a las últimas voluntades. ¿Parece mentira? Pues según el diario El País, entre 2010 y 2019 se han pagado unos cuatro millones de euros a ciudadanos que han comunicado herencias perdidas.
Pero, ¿cómo se comunica? Pues bien, en principio hay que realizar un escrito a la delegación de Hacienda de la provincia donde la persona ha fallecido, explicando quién ha muerto, su domicilio y siempre será mejor si se adjunta el patrimonio que poseía.
Aún así, no todo acaba ahí, ya que Hacienda hará un estudio para comprobar que efectivamente no hay herederos o han renunciado a los bienes. Tras ello, se hará un inventario para el posterior cobro por parte del Estado y el reparto del 10% a la persona que comunicó la herencia que se mantenía sin sucesores, convirtiéndose así en un auténtico cazador de herencias.