La historia del Luna de Baroda, el mítico diamante amarillo de Marilyn Monroe en 'Los caballeros las prefieren rubias'
La impresionante joya se subastó en 2018 por mas de un millón de dólares
A pesar de haberle dado fama, el diamante nunca perteneció a Marilyn Monroe
Los diamantes son los mejores amigos de una chica. Así lo cantaba la mítica Marilyn Monroe en la famosa 'Los caballeros las prefieren rubias', una de las películas musicales más populares de la historia del cine. Y si hay un diamante que ha logrado fascinar a decenas de chicas en todo el mundo, ese es el Luna de Baroda, un impresionante diamante amarillo de 24 quilates que la actriz lucio durante la promoción del film de Howard Hawks y que en noviembre de 2018 se vendió por mas de un millón de dólares en una histórica subasta celebrada en la sucursal de Hong Kong de Christie’s.
El favor de un amigo
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Con un color inusual y un particular corte en forma de pera, esta icónica joya se hizo famosa por adornar el cuello de la actriz en las imágenes promocionales de 'Los caballeros las prefieren rubias', pero la realidad es que Marilyn nunca fue dueña del diamante. Al contrario, en ese momento la piedra pertenecía a Meyer Rosenbaum, el presidente de la compañía de joyería Meyer Jewelry, un amigo de la actriz que decidió prestársela para que la luciese, tal y como demuestra la fotografía de la intérprete que la casa Christie’s vendió junto a la piedra y en la que Marilyn escribió: “Para Meyer, gracias por darme la oportunidad de llevar el Luna de Baroda”. Pero Rosenbaum es solo uno de los muchos dueños que ha tenido el diamante, cuya historia se remonta varios siglos atrás e incluye, entre otros, una oscura y extraña leyenda.
Una piedra única
Si bien se desconoce la fecha de origen exacta de la joya, los expertos del Instituto Gemológico de América han establecido que la piedra se extrajo entre los siglos XV y XVII del que fuera el principal centro de diamantes del mundo: las minas de Golconda, en la India, una región legendaria en la que también se han encontrado algunos de los diamantes más grandes y finos del mundo como el Gran Mongol, el Darya-ye Noor o el Koh-i-Noor, que forma parte de las joyas de la Corona Británica y que actualmente se encuentra expuesto en la Torre de Londres.
Originalmente, el Luna de Baroda perteneció a los Gaekwad of Baroda, una antigua familia real de la India que a mediados de 1700 decidió regalarle la piedra a María Teresa I de Austria, la madre, si, de María Antonieta. No obstante, tras la muerte de la monarca, la joya volvió a la India, donde en 1860 se convirtió en un collar. Durante décadas, el diamante permaneció en su país de origen, hasta que en 1940 un estadounidense anónimo lo compró. Y finalmente, en 1953, llegó a manos de Rosenbaum, que lo engarzaría en un sencillo cordón de cuero y lo convertiría en el lujoso colgante que conocemos ahora.
La maldición
Por algún motivo, las joyas más impresionantes suelen esconder todo tipo de leyendas, y el Luna de Baroda no es la excepción. Al igual que grandes piedras como el Diamante Hope o el Koh-i-Noor, sobre el Luna de Baroda pesa una extraña maldición que dice: si la joya atraviesa alguna vez un océano o mar, traerá mala suerte a su propietario. Preocupante, ¿no? Sea verdad o no, lo cierto es que poco después del estreno de 'Los caballeros las prefieren rubias' la consagrada carrera de Marilyn empezó a truncarse hasta llegar al fatídico desenlace que todos conocemos. Aun así, desde entonces el diamante ha pasado por dos dueños más, anónimos, si, pero a los que le presuponemos una buena salud tanto a nivel físico como económico. Y esperamos que todo siga así.