Cuando Bette Nash se subió por primera vez a un avión como azafata en 1957 probablemente no pensaría que más de seis décadas después continuaría ganándose la vida de la misma forma. A sus 86 años sigue siendo auxiliar de vuelo en American Airlans, convirtiéndose así en la azafata que más años de servicio ha prestado en el aire, un total de 65, una distinción que le ha dado el Guinness World Records. Durante 65 años los vuelos han cambiado mucho, pero ella ha ido adaptándose a los cambios y a la revolución tecnológica que se ha ido logrando con los años.
Llegados los 60 o 65 años las personas piensan en jubilarse y disfrutar de un merecido descanso, pero no fue el caso de Nash, que a sus 86 años sigue trabajando como una azafata más en los vuelos que le toca cubrir. Las cosas no solo han evolucionado tecnológicamente, también en el ámbito personal y en el trato de la compañía a los trabajadores.
Al principio la vestimenta que llevaban las azafatas era muy conservadora, evolucionando poco a poco. Sin embargo, lo que más llama la atención es que en aquellos primeros años la compañía comprobaba que no convivía con nadie, ya que al parecer no se permitía que una mujer con pareja trabajase como azafata. No solo eso, también llegaban a hacer un seguimiento de su peso con frecuencia para comprobar que no engordaba, pues podían despedirla si cogía kilos de más, además de que debía alcanzar cierta altura.
Los vuelos ahora son tan distintos que incluso recuerda que el billete de avión podía comprarse en la misma puerta del avión, donde lo pagaban. Además, aparte del servicio de comida, también repartían cigarrillos, algo impensable hoy en día en un vuelo. Según ha explicado en varias ocasiones, pasaban con cinco carros, primero bebidas y después entremeses, plato fuerte, el postre y, por último, un digestivo.
Bette Nash es, sin duda, un terremoto. Cada día se despierta bien temprano, especialmente si tiene que volar, para hacerse cargo de sus quehaceres en su casa, en especial para cuidar de su hijo, soltero y discapacitado, del que siempre se ha hecho cargo.
Con más de seis décadas de experiencia, ha vivido de todo siendo trabajadora aérea en Estados Unidos, incluso llegó a formar parte de Trump Shuttle, una compañía que duró poco tiempo en activo y que perteneció al antiguo presidente del país.
En lo referente a cuándo se jubilará, es algo en lo que no le gusta pensar, aunque lo que sí que tiene claro es que no cree que trabaje hasta los 90 años. Pero nunca se sabe.