¿Estás pensando en cambiar de empleo en 2023? Uno de cada cinco trabajadores nos planteamos buscar nuevos horizontes pese a la incertidumbre que rodea a la economía, ya sea porque necesitamos menos estrés, mejores horarios o estamos quemados. Pero buscar un nuevo empleo también significa volver a las entrevistas de trabajo y sus inevitables nervios. Tener un CV impecable no es sinónimo de conseguir el puesto, ya que cometer determinados errores en ese encuentro puede echar por tierra todas tus opciones.
La tensión que suele apoderarse de quien se enfrenta a una entrevista laboral puede motivar momentos incómodos, malentendidos o desencuentros. Para no caer en ellos GQ recopila una serie de cosas que nunca debes decir en una reunión profesional con un empleo en juego.
No puedes aparecer en una entrevista de trabajo sin un mínimo de preparación. Lo menos que puedes hacer es documentarte sobre el contexto de la empresa a la que te diriges: a qué se dedica exactamente, cuáles son su misión y valores… Si das a entender que no has hecho los deberes crearás sensación de desinterés en el reclutador.
Prepárate bien tu currículum. No solo se trata de actualizarlo y adaptarlo a la empresa, sino que debes crear un relato en torno a tu formación y experiencia. Si te preguntan por algo que ya está en el documento no puedes salir simplemente con "eso está en el CV". Quieren ver cómo te desenvuelves o conocerte un poco más.
Es una salida demasiado obvia ante una situación tensa. Recurrir a esa expresión demuestra poca resolución. Una entrevista de trabajo es una oportunidad de poner en práctica habilidades previamente entrenadas sobre cómo salir airoso de preguntas peliagudas. "Puede explicarme a qué se refiere exactamente" o "Deme unos segundos para pensar" son alternativas más viables.
Nunca hables mal de empresas y/o personas con las que has trabajado, porque no resulta profesional y puede ser motivo de desconfianza. Mejor se asertivo, formal y honesto: “Aprendí mucho en mi anterior empleo, pero ahora busco crecer en otras áreas o asumir más responsabilidades”.
Se trata de un tema complicado para el que no hay un consenso absoluto, aunque en general los especialistas no lo recomiendan. Un encuentro inicial sirve para perfilarte como candidato. Distinto es si el reclutador habla de ello. También puedes dejarlo sugerirlo con un "espero que en la próxima reunión tratemos estos detalles".
Cada entrevista tiene su código de formalidad, y lo marca el reclutador. Tienes que ser capaz de amoldarte a ello. Sea más o menos informal el tono, usa siempre un lenguaje profesional y sé respetuoso. No tomes confianzas personales ni seas jocoso.
Los expertos avisan de que este es un error en el que suele caer mucha gente. Una pregunta habitual del reclutador es si tú tienes alguna. Aunque creas que es educado contestar que no, esto puede tomarse como desinterés por tu parte. Puedes optar por algo como "¿Cuál es el aspecto más desafiante del puesto?" o "¿Con quién trabajaría?"
También es desacertado preguntar al final del encuentro qué tal ha ido. Puedes poner al reclutador en una posición incómoda. Sí que puedes preguntar algo del tipo "¿Tiene alguna duda particular sobre mi currículum?", que te ayudará a dar una imagen más nítida de tu perfil.