Da igual que se haya hecho una o muchas entrevistas de trabajo o que se tengan los nervios bien templados. El enfrentarse a la persona responsable de asignar ese puesto soñado no es plato de gusto. Como postulante siempre se está en inferioridad de condiciones, sin embargo, no se debe olvidar que también se tienen derechos. En Uppers hemos consultado con un experto en selección qué preguntas no te pueden hacer en una entrevista de trabajo y como tales el candidato tiene derecho a no contestar. Es más, ni siquiera se las deberían formular.
El reclutador suele repasar el currículum y a veces intercala esas preguntas a sabiendas de que está actuando incorrectamente, ya que siempre pertenecen a su vida personal que no tiene nada que ver con su experiencia laboral y con su capacidad para desempeñar un trabajo. Es probable que la finalidad sea conocer de manera más profunda al postulante, percatarse de otros rasgos de su personalidad o comprobar sus reacciones… Son preguntas indiscretas que no están relacionadas con el puesto que se busca cubrir.
El problema es que determinadas respuestas a veces cierran la puerta a un puesto de trabajo y eso es ilegal. El experto puntualiza de qué tipo de preguntas se trata. Es decir, cuáles son las preguntas prohibidas a las que un entrevistado no tiene por qué enfrentarse y que vienen determinadas por el artículo 14 de la Constitución Española: “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”. Es decir, todo gira alrededor del derecho a la no discriminación para marcar unos límites.
A partir de este artículo 14 las preguntas que no se le pueden formular al que se postula a un empleo son las siguientes:
En teoría, en una entrevista de trabajo el reclutador solo tendría que evaluar al candidato en función de su valía académica y profesional y decidir si reúne los requisitos necesarios para desempeñar un puesto de trabajo, pero en la práctica surgen muchas preguntas personales.
Lo habitual es que los entrevistadores introduzcan estas preguntas indirectamente dentro de la charla. El entrevistado tiene derecho a no responder, aunque también puede mostrar que domina la situación desviando la atención hacia otro tema de forma inteligente o contestar. El problema es que cuando se atiende esas preguntas sobre la vida privada y al final no resulta elegido para desempeñar el puesto asalta la duda de si la causa está precisamente en haber respondido con tanta sinceridad.
Un ejemplo sería que la conversación entre reclutador y postulante se desvíe hacia el tema de la familia y éste señala que tiene tres hijos y uno de ellos además es discapacitado. También asegura que esa responsabilidad familiar siempre le ha llevado a desempeñar su trabajo con el máximo rendimiento y sobre todo la familia le aporta estabilidad emocional. En caso de no ser seleccionado el entrevistado puede pensar que habrán escogido a otra persona que no tiene familia y que no debía haber desvelado tantos datos sobre su vida privada.
Incluso el entrevistador de forma intencionada hace preguntas que sabe que molestan solo para comprobar la reacción ante situaciones agresivas. El experto subraya que siempre habrá preguntas incómodas para lo que se tiene que estar preparado y responder de forma prudente y templada. Cada respuesta educada y que desvía la atención para no responder a todo aquello que es comprometido también muestra la personalidad de cada uno y eso es positivo.
La legislación, las directivas europeas que defienden la igualdad de trato y de no discriminación y los tribunales son claros en cuanto a que una entrevista de trabajo se debe referir a las capacidades o profesionalidad del candidato para cubrir el puesto. No tienen cabida las preguntas de carácter personal.
Sin embargo, es recomendable que el candidato se prepare unas respuestas de antemano a esas cuestiones personales para salir airoso si se le formulan. Otra opción podría ser denunciar el hecho de que se le hayan preguntado tales cuestiones privadas “e ilegales” y si se demuestra que es cierto tener derecho a una indemnización.