¿Por qué hay tantos líderes pero tan pocas personas que lideren? ¿Por qué hay ideas que triunfan y otras que, aun siendo similares, caen en el olvido? El escritor, conferencista y consultor inglés Simon Sinek desarrolló hace 15 años una teoría para explicar por qué hay negocios y empresas capaces de inspirar y por qué otras, la gran mayoría, no. La llamó el Círculo de Oro, o Círculo Dorado, y hoy es una herramienta esencial para emprendedores que quieren tener éxito.
La teoría, explicada en su libro 'Start with Why (Comienza con el porqué)' (2009), se basa esencialmente en que, aunque muchas empresas saben qué hacen o a qué se dedican, e incluso saben qué procesos seguir para conseguir sus objetivos, no tienen claro por qué lo hacen. Para comprender el Círculo de Oro, es esencial comenzar por el 'porqué'. Así, Sinek argumenta que en lugar de centrarse de inmediato en el 'qué' o los productos y servicios que ofrece, una empresa o emprendedor exitoso comienza definiendo su propósito fundamental, su razón de ser.
En una representación visual habría tres círculos. El más grande corresponde al qué. Es decir, a lo que hacemos o lo que hace cualquier persona o empresa, ya sea fabricar móviles, operar en bolsa o vender inmuebles. Dentro de ese círculo habría un segundo más pequeño, el del cómo se hace. Y, a continuación, el tercer círculo responde a la pregunta de por qué se hace lo que se hace. Según Sinek, es poca la gente que sabe responder a esto. Eso sí, la respuesta nunca es el dinero. Eso es un resultado, pero no es un verdadero por qué, que está más relacionado con la causa, la creencia o el impacto que desean lograr en el mundo.
La teoría del Círculo de Oro va desde el círculo más pequeño al más grande y se refiere a líderes o empresas que, independientemente de su tamaño o sector, piensan, actúan y se comunican en esa dirección. El ejemplo más claro y que forma parte inherente del paradigma es Apple. Cuando Steve Jobs y su equipo la fundaron no se centraron en vender ordenadores o teléfonos. Su 'porqué' era desafiar el status quo y pensar de manera diferente. Este propósito se reflejó en su enfoque innovador para el diseño y la tecnología.
Una vez que un emprendedor ha establecido su 'porqué', que debe ser auténtico y apasionado, toca comunicarlo de manera efectiva en todas sus interacciones con su audiencia, ya sea a través de su web, sus redes sociales o sus presentaciones.
El siguiente paso es determinar el 'cómo', es decir, sus valores, principios y estrategias que definen su relación con su audiencia. Y finalmente llegamos al 'qué', representado en los productos o servicios que la empresa ofrece al mercado. Según Sinek, si el 'porqué' de la empresa está definido de manera efectiva, sus clientes se sentirán atraídos por la marca y lo que representa, más que por lo que vende. En definitiva, “la gente no compra lo que uno hace, sino compra el por qué uno lo hace”.