Todos los días en todas las empresas se toman decisiones que van a marcar su devenir, tanto en el corto como en el largo plazo. Algunas correctas y otras erradas. De hecho, el éxito o el fracaso de una organización es fruto directo de esas decisiones que se toman de puertas para dentro. Pero es muy difícil que estas sean buenas si en la empresa no existe visión de conjunto y se limita el campo de acción de sus integrantes. La clave está en formar equipos empoderados, con espacio y autonomía suficiente para desenvolverse.
El directivo Jorge Melero se ha propuesto desentrañar las claves para construir equipos innovadores, proactivos y resolutivos en su libro 'Empoderamiento de equipos' (Libros de Cabecera). En sus páginas propone un sistema alternativo de toma de decisiones y expone qué pasos deberemos dar si de verdad queremos provocar un cambio esencial y tangible hacia una organización empoderada.
¿Qué es empoderar a los equipos?
El empoderamiento es la clave de todo proceso de cambio en las empresas. Toda empresa que quiera ser más ágil, más dinámica, más creativa, tiene que entender que para ello necesita empoderar a sus equipos. Muchas empresas intentan cambiar, pero sin entender la importancia de esto, dan vueltas y más vueltas sin producir formas verdaderamente efectivas. No se puede tener un sistema jerárquico, autoritario, tradicional y esperar equipos proactivos. Es así de sencillo. El empoderamiento efectivo conlleva repensar muchos conceptos tradicionales en la gestión de empresas.
¿Para qué se empodera a los equipos?
Empoderar es multiplicar el poder creativo de la empresa. Los equipos empoderados son infinitamente más proactivos, más comprometidos y más efectivos. Esto es esencial en el mundo actual, donde las tecnologías avanzan a un ritmo vertiginoso. Los equipos empoderados son capaces de encontrar soluciones donde otros se quedarían paralizados, indecisos y esperando instrucciones, que es a lo que acostumbran los métodos tradicionales de gestión.
¿Por qué los directivos deben ceder el poder a sus equipos?
Para los directivos que aprenden a delegar, empoderar es una bendición. Al repartir la autoridad de una manera lógica y efectiva, los directivos se quitan parte del peso sobre sus hombros y los equipos, por otro lado, se sienten más motivados, porque se sienten considerados y valorados. Todo el mundo gana.
¿En qué si diferencia la toma de decisiones jerárquica de la empoderada?
La mayor diferencia entre la toma de decisiones jerárquica y la empoderada es la cantidad de personas que se involucran en las decisiones. Esto parece obvio, pero es esencial. En la toma de decisión jerárquica se integran menos puntos de vista, menos perspectivas, se cuenta con menos información y, por lo tanto, está sujeta a más prejuicios y mayor incertidumbre.
¿Cómo se lidera a los equipos empoderados?
El modo de liderar los equipos empoderados tiene mucho que ver con la figura de los entrenadores en los equipos deportivos. El entrenador de un equipo de fútbol no puede marcar goles, no puede entrar en el terreno de juego. El mejor entrenador es el que consigue que sus jugadores desplieguen su máximo potencial.
Es lo mismo en las empresas. Los líderes de equipos empoderados deben tratar de tener el mejor equipo, conseguir una buena alineación, entrenar a sus colaboradores y darles todo el apoyo para que ellos destaquen. El buen líder de equipos empoderados quiere ver a su equipo triunfar, desarrollarse, disfrutar. Sabe que el protagonismo debe ser del equipo. El líder está al servicio del equipo y no al revés.
Si tiene tantas ventajas, ¿por qué es tan difícil empoderar a los equipos?
Es difícil empoderar a los equipos, principalmente porque recibimos una herencia. Todos hemos aprendido a funcionar en las empresas a partir de lo que nos han enseñado. Incluso las escuelas de negocios enseñaban hasta hace muy poco —algunas todavía lo hacen— sistemas que son, si se analizan a fondo, contradictorios y muy tradicionales. Por lo tanto, hay varias razones por las que hay pocos equipos empoderados.
La primera razón es porque muchos líderes en la empresa no son conscientes de la necesidad de empoderarlos. La segunda es que no siempre se entiende qué es empoderar a un equipo. Por último, los equipos empoderados difícilmente sobrevivirán en el largo plazo en una estructura jerárquica tradicional.
¿Cuál es el mayor riesgo en un proceso de empoderamiento?
El mayor riesgo de un proceso de empoderamiento es no acometerlo, o quedarse a mitad de camino. Si se aplica con efectividad y convicción, y se entienden sus implicaciones de fondo, no tiene por qué haber grandes riesgos. Empoderar efectivamente, en contra de lo que muchos piensan, no es una licencia para la anarquía, no es despojar de autoridad a la empresa, no es irresponsable, es todo lo contrario, es una forma de hacer a las personas más responsables y más conscientes.
¿Cuál es el principal consejo que darías a un líder que quiera acometer un proceso de empoderamiento de sus equipos?
Lo que aconsejaría a cualquier líder que quiera iniciar un proceso de empoderamientos es que primero se informe bien. Un proceso de empoderamiento no tiene porqué ser difícil ni complejo, pero sí hay que resolver ciertos temas, y es importante tenerlos en cuenta y comunicarlos después claramente:
Empoderar a los equipos no es solo escucharlos o tener reuniones quincenales. Es necesario replantearse cómo es el funcionamiento de un equipo empoderado, y entrenar a los equipos para ser efectivos.