Hoy en día mucha gente tiene la imperiosa necesidad de estar haciendo cosas todo el tiempo. Cuantas más, mejor. Incluso si eso significa sacrificar tiempo de descanso o nuestro propio bienestar. Es lo que se llama productividad tóxica, un concepto que tiene relación con la adicción al trabajo de toda la vida, pero que va un poco más allá. Por un lado, está la culpa por no estar haciendo lo suficiente. Y por otro, la incapacidad de gestionar el vacío que produce terminar una tarea antes de empezar la siguiente.
La productividad tóxica se define por la búsqueda de estar constantemente ocupado, lo que nos atrapa en un ciclo eterno de horas extra de trabajo, cansancio y desgaste del que es difícil salir, ya que la propia sociedad nos inculca esa necesidad de ser productivo todo el tiempo, es decir, tanto produces, tanto vales. Lo malo es que muchas veces podemos entrar en una situación así sin siquiera darnos cuenta.
En ese sentido, la psicóloga clínica de la Facultad de Medicina de Harvard, Natalie Christine Dattilo, explica en un artículo para CNBC que "la productividad se vuelve tóxica cuando te sientes presionado a ser productivo en todo momento y priorizas tu lista perpetua de tareas pendientes a expensas de tu bienestar”. "Aunque no es un diagnóstico real, esta mentalidad puede pasar factura a tu salud física y mental y, en algunos casos, provocar ansiedad, depresión, agotamiento, insomnio o problemas de autoestima”, agrega. Por eso enumera una serie de señales para para identificar si te enfrentas a una productividad tóxica.
Si te encuentras constantemente yendo de un lado para otro con una sensación de urgencia, ya es un primer síntoma que podría desencadenar ansiedad. "La parte del cerebro encargada de detectar amenazas percibe la urgencia y malinterpreta la señal como 'peligro', activando una respuesta de lucha o huida", explica la experta. Para evitar estas situaciones, Dattilo sugiere técnicas de relajación como repetirte a ti mismo 'más despacio' como un mantra durante unos minutos y concentrarte en la respiración. Cinco segundos para inhalar y otros cinco para exhalar. Hacer esto durante tres o cinco minutos puede ayudar a controlar la ansiedad.
Un síntoma muy claro de productividad tóxica es experimentar un sentimiento de culpa por no completar suficientes tareas o sentir que lo que hiciste no fue suficientemente bueno. La psicóloga propone en estas situaciones escribir tus pensamientos en una diario para luego examinar los textos en busca de patrones recurrentes. En caso de encontrar un pensamientos en los que notas que te exiges a ti mismo más que a los demás, sé más indulgente contigo mismo. Repítete que haces las cosas lo mejor que puedes y que lo que has hecho es suficiente por hoy.
Si percibes que tu autoestima depende de lo productivo que seas, es una señal preocupante que puede perjudicar tu salud mental. Dattilo recomienda practicar la autoconversación distanciada para tener una perspectiva más objetiva sobre tus logros. “Hazlo como si lo hicieras con un amigo o un ser querido, pero utilizando tu propio nombre”, aconseja la experta.
Si te resulta difícil relajarte o dedicar tiempo a actividades no productivas, es otro indicador que necesitas replantear tu relación con el tiempo de inactividad. "Puedes sentirte agitado, irritable o nervioso cuando te enfrentas a tiempo no programado y a la presión de llenarlo, en lugar de simplemente disfrutarlo", explica la psicóloga. Para combatir esas situaciones, sugiere "replantearse el tiempo de inactividad como una oportunidad". Mantener un equilibrio permite no solo rendir mejor, sino también sentirse mejor.
Dejar el autocuidado y el bienestar personal en un segundo plano, tildándolos de pérdida de tiempo, puede ser muy perjudicial para tu salud física y mental. "No es raro que alguien con esta mentalidad se salte comidas o incluso posponga ir al baño o tomar un vaso de agua”, advierte. Es importante no descuidar aspectos como el ejercicio, el sueño, la alimentación saludable y el tiempo para el ocio y el placer. Cuidarlos te ayudará a mantener una mejor salud mental y física.