Las bajas laborales relacionadas con la salud mental se han duplicado en España en apenas cinco años. En 2023 un total de 597.686 incapacidades temporales estuvieron vinculadas a ella, dato que no ha dejado de crecer tras la irrupción de la covid-19. Las intensas jornadas laborales, el estrés y la falta de motivación tienen mucho que ver en fenómeno, que es global. De hecho, a nivel mundial se pierden 12.000 millones de días de trabajo por la ansiedad y la depresión.
Ante este preocupante situación, es necesario prestar atención a los síntomas que puedan aflorar en el día a día laboral. Cada vez es más habitual el síndrome de 'burnout', o del trabajador quemado, un tipo de estrés laboral crónico que se manifiesta en un empleado agotado física y mentalmente, influyendo negativamente en todos los ámbitos del empleado.
Según la Guía del Mercado Laboral 20221, el 43% de los profesionales españoles afirma que siente cierta sensación de agotamiento o fatiga laboral. ¿Cómo ser consciente de que se está padeciendo una crisis profesional? Hay una serie factores que permitirían detectar a tiempo el problema, según especifica, Mimi Oliván, tiktoker especializada en consejos y trucos laborales.
El primer punto a tener en cuenta es la ansiedad constante en el trabajo, o el sentimiento de que cuestiones que antes nos resultaban sencillas, e incluso cotidianas, se vuelven confusas y abrumadoras. Cuando "todas las tareas que antes se hacían sin pensar ahora se convierten en una montaña" hay un problema, señala Oliván. Este suele ser uno de los primeros síntomas que podría desencadenar el 'burnout'.
Cuando estamos muy cansados y estresados también tenemos problemas para concentrarnos. Tener la sensación de que la situación está afectando a nuestra memoria sería la siguiente señal reveladora. Así, el descanso y la detección a tiempo de este agotamiento laboral resulta vital para frenar a tiempo.
Fruto de los dos aspectos anteriores sería el tercer indicador. Cuando nos aislamos en la oficina, evitamos entablar cualquier tipo de conversación y, en el peor de los casos, nos evadimos de los familiares y amigos es un claro síntoma de problemas. La comunicación es fundamental para no dejarse abrumar por el 'burnout'. Simplemente hablar con los compañeros, amigos y familiares y, especialmente, con la persona que lidera nuestro trabajo nos va a quitar un peso de encima.
Un cuarto síntoma que debe hacernos sospechar de que estamos padeciendo una crisis sería el hecho de ponerse a llorar constantemente sin saber exactamente por qué. Normalmente, esas lágrimas aparentemente sin motivo esconden trastornos psicológicos mayores, como la depresión, el estrés o la ansiedad.
Un último síntoma de estar sufriendo ansiedad por motivos laborales es el recurrir a la ingesta compulsiva de alimentos, alcohol u otras sustancias. Este consumo puede proporcionar un alivio temporal del estrés, pero también puede convertirse rápidamente en un hábito, conducir a la adicción, afectar a la función cognitiva y conducir a un bajo rendimiento laboral.
Si te ves reflejado en algunas de estas circunstancias, lo aconsejable sería acudir a un profesional para que evalúe la situación. En ocasiones, un problema laboral de esta magnitud no se zanja cambiando de empleo o tomándose unos días de descanso, sino abordando los factores desencadenantes de estos sentimientos con la guía de un especialista.