Buscar trabajo es un proceso arduo, complicado y, la mayoría de las veces, terriblemente desmotivador. A pesar de las ilusiones con las que comenzamos a navegar por los portales de empleo de internet, confiando en que nuestras capacidades nos permitirán encontrar trabajo más pronto que tarde, muchas veces acabamos pasando meses y meses en estas páginas, encadenando rechazo tras silencio tras rechazo y preguntándonos qué es lo que estamos haciendo mal.
En ocasiones, la respuesta es, tristemente, nada. La pandemia de la Covid-19, unida a los problemas de la crisis financiera de la década pasada que nuestra economía aún arrastraba, ha provocado una disminución en el número de empleos disponibles y un empeoramiento de las condiciones laborales de otros muchos puestos.
A veces, sencillamente, no encontramos trabajo porque no lo hay o porque los que hay no pueden asegurarnos el nivel de ingresos que necesitamos para subsistir. Pero otras, en cambio, no lo encontramos porque estamos haciendo algo mal. Ya sea por el ansía, los nervios o la falta de experiencia, en ocasiones podemos incurrir en una serie de errores que pueden acabar lastrando nuestra búsqueda de empleo.
Son errores que cometemos sin ser conscientes de ellos, que impactan negativamente sobre nuestra búsqueda pero que, sin embargo, podemos solucionar fácilmente si prestamos un poco de atención. Estos son los más comunes, según el portal de empelo Infojobs.
El currículum es la herramienta con la que nos damos a conocer a la hora de encontrar trabajo. Es nuestra carta de presentación, lo primero que sabrá de nosotros la empresa para la que nos hemos postulado.
Aun así, ya sea por despiste o pereza, a veces nos olvidamos de incluir todos nuestros logros y experiencias y acabamos enviando versiones que no recogen nuestra carrera laboral al completo, lo que puede hacer que nos descarten.
Por ello, es importante que, antes de empezar nuestra búsqueda de trabajo, dediquemos un tiempo a revisar nuestro currículum. Además de incluir todas nuestras referencias, también podemos echar un vistazo al diseño y hacerle algún que otro retoque. Piensa que cuanto mejor tengas el currículum, más posibilidades tendrás de pasar la criba.
Cuando no mostramos interés por el puesto de trabajo al que nos hemos postulado, es inevitable que acabemos siendo descartados. Después de mandar nuestro currículum vitae, es importante que estemos pendientes del proceso de selección, que revisemos nuestras cuentas de correo por si acaso nos han contactado y que respondamos y devolvamos las llamadas telefónicas que nos hacen.
De lo contrario, tal y como señalan en Infojobs, nuestro entrevistador puede llegar a creer que el puesto, realmente, no nos interesa, así que tenlo en cuenta. A fin de cuentas, el trabajo lo quieres, ¿no?
Hacer el curriculum puede ser una tarea un poco tediosa. Tenemos que diseñar, rellenar nuestros datos personales, los estudios, idiomas, habilidades, la experiencia laboral… En fin, que hay que dedicarle bastante tiempo.
Sin embargo, a pesar de la pereza que puede dar sentarnos a redactar este documento, es recomendable que no tengamos un único currículum, sino que tengamos varios. El motivo es bastante evidente: no es lo mismo presentarse para un puesto de trabajo en una agencia de publicidad, por ejemplo, que en una empresa informática. Los conocimientos que nos pedirán en una y otra serán distintos, así que, para tener más posibilidades, es recomendable que adaptemos nuestro currículum a cada oferta. Así responderemos exactamente a lo que nos piden.
En un mundo en el que internet tiene tanta importancia en nuestro día a día, las redes sociales se han convertido en nuestro escaparate, la ventana en la que mostramos quiénes somos y qué sabemos hacer.
Aunque hay quien defiende que las redes sociales deben estar separadas del trabajo, que, a fin de cuentas, es un espacio personal que no debería involucrarse en nuestra vida laboral, la realidad es que son muchos quienes se fijan en estos perfiles sociales para contratar personal, y hay quien, incluso, utiliza sus redes para publicar ofertas de empleo o para, directamente, buscar trabajo. Por eso, es recomendable que las cuides, las actualices y no las abandones. Nunca sabes quién te leerá en internet.
Es de cajón: si queremos que nos contraten, debemos hacer una buena entrevista de trabajo, y eso pasa por prepararlas. Por mucho que confiemos en nuestras habilidades, antes de una entrevista de trabajo debemos dedicar un tiempo a informarnos sobre la compañía y el puesto ofertado, y tenemos que pensar bien qué queremos decir, cómo queremos presentarnos y vendernos. Ahora que ya hemos pasado la criba, no dejemos perder la oportunidad por un exceso de confianza.
“Todo el mundo miente en su currículum”. Seguro que todos hemos oído esta frase más de una vez, pero, a pesar de que puede resultar tentador adornar un poco nuestros conocimientos, lo mejor es que vayamos con la verdad siempre por delante.
De poco sirve decir que sabemos hablar un idioma a la perfección o que conocemos los programas como la palma de nuestra mano si luego, en la entrevista, no podemos demostrarlo. Aunque estas mentirijillas pueden ayudarnos a ir pasando las cribas, antes o después pueden llegar a descubrirnos, así que lo mejor es que seamos sinceros con nuestra experiencia. No te la juegues.
A veces, cuando vemos una oferta de trabajo, podemos vernos abrumados por la cantidad de requisitos que piden y en ocasiones, ya sea por falta de confianza o porque realmente no cumplimos con alguno de ellos, terminamos dando marcha atrás, descartándolas.
Esta reacción es normal. A fin de cuentas, si no cumplimos con todo lo que nos piden, ¿por qué intentarlo? Sin embargo, a veces es recomendable que dejemos de lado esa actitud y que probemos suerte. Ya sabes lo que se dice: por intentar, no se pierde nada. Al contrario, muchas veces acabamos ganando, y mucho, solo por probar. Aunque no cumplamos con uno o dos requisitos, si cumplimos los demás y el trabajo nos gusta, ¿por qué no intentarlo?
Cuando llevamos meses buscando trabajo sin éxito, es normal que nos desanimemos, tiremos la toalla y perdamos las ganas con las que empezamos el proceso. No obstante, aunque a veces cueste (y es normal), es importante que no nos rindamos y que sigamos buscando. La esperanza, dicen, es lo último que se pierde, así que mantenla. Tarde o temprano, algo llegará.