"¿Qué hace un senior cuando le ponen en la calle con 50 años y va a vivir otros 50?". La pregunta la lanza Carlos Molina, presidente de 50 Pro, organización que fomenta el emprendimiento entre personas mayores, durante la jornada sobre empleabilidad del primer Congreso on line de 60 y Mucho +, que puede seguirse en el canal de la plataforma en Youtube hasta el 2 de febrero.
En 2027 la esperanza media de vida será de 100 años. Puede ser la tormenta perfecta del desempleo: una sociedad cada vez más envejecida con un mercado laboral en el que muchos puestos de trabajo van a ser sustituidos por programas de Inteligencia Artificial. Se requieren desde ya nuevas competencias y habilidades. Diferenciarse de lo que puede hacer un robot. ¿Qué papel juegan las empresas en este escenario? ¿Pueden integrar la experiencia senior en un mundo disruptivo? Sí pueden, acometiendo estas transformaciones:
"Existen cambios de gran calado que están pasando al mismo tiempo: cambios tecnológicos y demográficos de gran alcance para los que no estábamos preparados", afirma Juan Carlos Oti, director general de American Express. La primera tarea urgente es asumir el cambio de modelo y para ello basta con registrar la nueva realidad. A la telefonía convencional le costó 100 años llegar a 100 millones de hogares. En 2020, el objetivo de Apple era vender 100 millones de Iphones en un solo año. Las cinco principales compañías del mundo son tecnológicas y otras grandes carecen de los productos que distribuyen: Air’n’b no posee casas y Über tampoco posee una flota de coches. Estos cambios de paradigma suponen una revolución que muchas empresas aún no comprenden.
Las políticas de diversidad y la inclusión son el cortafuegos del edadismo, los prejuicios negativos asociados a la edad. "Aunque se apliquen procesos de selección ciegos, en los que prima la detección del talento sobre el género, la edad, la raza o la nacionalidad, la realidad es que cuando se filtran los candidatos y hay un encuentro personal, en tres segundos aparecen los estereotipos", asegura Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco. ¿Cómo eliminar el prejuicio? "Con un nuevo modelo de gestión de Recursos Humanos, priorizando el talento frente a la etiqueta. Es un cambio que debe comenzar desde el nivel más alto de la empresa, de arriba abajo", señala Mesonero.
Por primera vez en la Historia, la esperanza de vida va a hacer posible que convivan varias generaciones, de baby boomers a centennials, en el sistema productivo y que los ciclos convencionales de formación, trabajo y jubilación se hagan más cortos y se vayan intercalando. El reto aquí es integrar bien las distintas generaciones. Los resultados de la convivencia intergeneracional son positivos: el grueso de los consumidores lo forman las personas en torno a los 50 años. Y los seniors son los únicos capaces de conectar la realidad de los consumidores con la de las empresas. Algunas compañías ya han creado planes específicos de convivencia. "En Adecco hemos creado el 'reverse mentoring', un mentoring al revés. En vez de ser el senior el que tutele al joven; el más joven acompaña al senior en ciertos aprendizajes, como por ejemplo, el tecnológico", señala Francisco Mesonero.
En lo que se refiere a España, la lucha contra el edadismo se ciñe a las bonificaciones que reciben las empresas por parte de la Seguridad Social cuando contratan a los mayores de 52 años. Pero no es suficiente. "Es necesario que se cree un organismo de empleabilidad intergeneracional que regule y que facilite la empleabilidad de los mayores", señala Mesonero. No es el único que apunta en esta dirección: los Fondos Europeos, esos 140 mil millones que la UE aportará a España para superar los efectos de la pandemia, están destinados en un 70% a la transformación tecnológica de las empresas para que todos podamos trabajar sin importar la ubicación y la edad, y, lo más importante, sin brecha tecnológica.
Para ser empleable en el siglo XXI, no basta el conocimiento reglado y académico. Ahora, saber gestionar bien las emociones puede ser tan valioso como poseer el reconocimiento de una prestigiosa escuela de negocios. La Inteligencia Emocional es una de las claves para ser el candidato elegido, pero no la única. Hay otras que también son importantes.
"Hay luz al final del túnel", afirma Ignacio Bao, presidente de la consultora Signium. Este experto se muestra optimista sobre la empleabilidad de los seniors: "hay trabajos nichos por cubrir que no necesitan conocimientos generalistas; también hay plataformas que pueden formar cómodamente desde cualquier lugar, y siempre se puede emprender". Lo más importante es tomar la decisión de ser empleable: aprender nuevas habilidades y estar alerta a lo que demanda el nuevo mercado de trabajo. El aprendizaje continuo es el mantra del senior.
Frente al conocimiento objetivo ('hard skills'), el mercado laboral necesita otras capacidades 'suaves', las ‘soft skills’: empatía, resiliencia y gestión de las emociones. Son capacidades ligadas a la experiencia, pero si hasta ahora no las habías trabajado, es el momento de ponerlas en valor. "Las empresas siempre han preferido contratar a los nativos digitales, pero los seniors, que ofrecen todas las 'soft skills', aportan experiencia, algo que no se puede comprar", afirma Carlos Molina. Entre las 'soft skills', la capacidad de adaptación es quizá la más valorada.
Algunas personas dejan de trabajar en una gran empresa y quieren replicar el mismo modelo en otra compañía parecida. "Es un error porque en esa gran compañía no van a ser valiosos por las mismas razones que provocaron su salida en el empresa anterior. Es mejor trabajar en una empresa más pequeña", asegura Francisco Mesonero.
Quizá ha llegado el momento de emprender un negocio propio. Sin embargo, es una opción que entraña algún riesgo. "Emprender no es una decisión, requiere un entrenamiento porque no todo el mundo vale. Algunos altos directivos, por ejemplo, no sirven para emprender", afirma Carlos Molina. Entre las capacidades más demandadas para el emprendimiento: adaptación a entornos cambiantes, capacidad de negociación y paciencia.
Si buscas una empleabilidad inmediata, los expertos aconsejan formarse para pasar a la acción. No es necesario embarcarse en una nueva carrera universitaria, sino en hacer determinados módulos y lograr el certificado que acredite el conocimiento. "En los empleos relacionados, por ejemplo, con el SAP (un programa de gestión de empresas), la ciberseguridad o la sostenibilidad, a nadie le importa la edad o donde estás prestando el servicio. Solo hay que demostrar con un certificado, que también puede conseguirse en una formación online, que poseemos los conocimientos para ese campo concreto", señala Ignacio Bao. Cambiar de profesión puede ser una buena reinvención para los futuros centenarios.