En tiempos de pandemia, el paro se ha convertido en una de las principales preocupaciones de los españoles. La encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de abril lo sitúa como el tercer gran problema de España, con el 37,7 % de las menciones, por detrás de la pandemia de coronavirus y la crisis económica. En esa herida sangrante que es el desempleo en España, los mayores de 50 años se llevan la peor parte: en 2020 fueron 936.200, un 25 % del total, según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA). Por eso te preguntamos: desde el punto de vista laboral, ¿están desprotegidos los séniors? ¿Hace falta una ley contra la discriminación laboral ¡Vota en nuestra encuesta!
Los datos dicen que es más necesaria que nunca. Si atendemos a las cifras del pasado mes de marzo, España registró 1.940.154 personas mayores de 45 años en paro, el segmento de población mayoritario de los 3.949.640 desempleados registrados por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). Esta cifra representa, ni más ni menos, que el 49 % del total del mes pasado. A nivel general, no obstante, es cierto que el desempleo descendió en 59.149 personas, mejor dato desde 2015.
La necesidad de medidas de protección de los séniors ha quedado patente en el perfil medio de las personas beneficiadas por el Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). Según explicó en rueda de prensa el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, el 52 % de las personas que se acogieron a esta ayuda fueron hombres que, o bien encaraban los últimos años antes de la madurez o se encontraban en ella, ya que una de cada tres personas tenía entre 40 y 50 años.
El estancamiento en la contratación de los mayores de 50 se ha agravado con la pandemia, pero el problema viene de antes. Queda cristalino al comprobar el porcentaje de parados de larga duración del año 2019, recogido en el Informe Estatal del Mercado de Trabajo de los Mayores de 45 años, que realiza el ministerio de Trabajo y el SEPE. Mientras que la cifra en el conjunto del país fue del 38'75 %, en el caso de los mayores de 45, el porcentaje creció hasta el 52,46 %.
Lejos de ver la luz en este panorama pandémico, lo cierto es que vienen más malas noticias para los séniors. Tal y como contamos en Uppers, la reestructuración del panorama de la banca española, con la absorción de Bankia por parte de Caixabank, ha producido el mayor Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de la historia del sector en España, tan solo superado por los realizados por Telefónica y Seat.
Junto a los movimientos de otras importantes entidades que operan en España, como el BBVA, Santander, Sabadell o Ibercaja, se llegará a un total de 20.000 personas, en su mayoría mayores de 50 años, que podrían quedarse sin trabajo.
A todo esto se suma la necesaria adaptación tecnológica en la era del teletrabajo y el 'fin' de la oficina como espacio único de trabajo. La pandemia ha dibujado un nuevo paradigma laboral en el que las nuevas tecnologías juegan un papel esencial en el devenir de las empresas. Y los séniors cargan el san benito de los prejuicios en esta nueva forma ser productivo, aunque ha quedado patente que, en la mayoría de los casos, se han podido familiarizar sin grandes complicaciones con las herramientas de trabajo actuales.
En opinión de las consultoras Susana Julián y Teresa Bernabé, en declaraciones a Europa Press el nuevo mercado de trabajo exige un "examen de resiliencia" y una "elevada adaptación para los desempleados". Y es aquí donde deberían brillar los séniors, cuya capacidad de adaptación tecnológica "está demostrada". Los contactos y la experiencia son, además, dos activos muy presentes en el perfil profesional de los hombres maduros.