Dejar una empresa inactiva y no cerrarla adecuadamente puede salirte caro. Las empresas zombis, aquellas que llevan tiempo inactivas pero no se han dado de baja, suponen gastos al empresario, ya que cada año se deben presentar las cuentas en el Registro Mercantil y también el Impuesto de Sociedades, aunque no hayan facturado nada. Cerrar una empresa cuesta dinero, pero si no tiene actividad, a la larga compensa.
Una empresa inactiva es la que no ejerce ninguna actividad y así lo ha comunicado a Hacienda. Muchos empresarios deciden no cerrarlas definitivamente por si acaso reinician su actividad, y entre tanto se ahorran los gastos de disolución y liquidación.
Una sociedad inactiva no puede emitir facturas, y además, el IVA soportado en las facturas recibidas no será deducible, pero debe seguir presentando cada año el Impuesto de Sociedades marcando la casilla 026 de “Entidad Inactiva”. No presentar el Impuesto de Sociedades o informar de tus cuentas anuales a la Agencia Tributaria conlleva una sanción que asciende a los 200 euros por cada año que no se ha rendido cuentas con Hacienda. Pero, "esos 200 euros son en caso de que no haya salido a ingresar. Si algún año la declaración salió a pagar, la cuantía que se deberá abonar a Hacienda para regularizar su situación es, como mínimo el 50% de la cantidad dejada a ingresar más intereses", explica Mayte Sancho, de la asesoría Consulting.
Según la asociación de autónomos ATA, en 2022 cerrarán sus negocios cerca de 200.000 trabajadores por cuenta propia. "Muchos arrastran años muy malos y no están en las mejores condiciones para pagar los gastos de liquidación de una empresa. Por eso la dejan inactiva, aunque sigan pagando los costes de presentar las cuentas anuales. Pero si retrasan mucho el cierre, a la larga salen perdiendo" explica Sancho.
Las deudas determinan que el cierre de una empresa sea sencillo o complicado. “En España hay miles autónomos que cierran sus negocios sin más, sin hacer frente a las deudas y sin pasar por un concurso de acreedores. Esto es peligroso, y al final acaba en los juzgados, o bien por reclamaciones de la Administración o por demandas de los acreedores", afirma Mayte Sancho.
Para cesar su actividad, los autónomos deben hacer trámites tanto con la Seguridad Social como con Hacienda.
Las sociedades se extinguen en tres fases: disolución, liquidación y extinción.
Los gastos de cerrar una empresa son un rejón inesperado, ya que además de verte obligado a cerrar tu negocio porque no ha ido bien, tienes que gastarte una pasta en notarios y registros.
Darte de baja en autónomos y comunicar el cese de tu actividad a Hacienda no cuesta nada, si haces tú las gestiones, claro.
Para cerrar una sociedad se debe pagar al notario la escritura de disolución, que si es sencilla puede costar unos 300 euros, y también la inscripción en los registros mercantiles. "En el mejor de los casos, para pequeñas sociedades que no tengan deudas ni trabajadores contratados, y con las cuentas anuales e impuestos presentados, todo el proceso puede costar entre 700 y 1.000 euros. Si hay deudas, o concurso de acreedores, los gastos se pueden elevar considerablemente, ya que ya que tendrás que pagar tasas judiciales, más los servicios jurídicos necesarios para desarrollar dicho procedimiento" explica la CEO de Consulting, Mayte Sancho.