Llega una reclamación de Hacienda en forma de carta y comienzan los sudores fríos. Empiezas a leerla pacientemente pero no entiendes absolutamente nada: lo que en un principio eran palabras se convierten en jeroglíficos. Es una escena habitual: la imposibilidad de entender los textos administrativos de primeras, sin ayuda de un manual que lo vaya traduciendo. Ahora, un estudio acerca de la claridad de este tipo de lenguaje confirma lo que todos pensábamos: que la mayoría de textos de índole administrativa no son, en absoluto, entendibles.
Un estudio de la consultora Prodigioso Volcán ha querido indagar en la inteligibilidad de los textos que provienen de la administración pública. A través de una revisión de 760 textos, los investigadores establecen que un 78% de los textos administrativos "no son claros". El motivo principal es la falta de un criterio unificado de redacción, aducen los autores. "No solo el lenguaje es rebuscado, las webs son confusas en su estructura y poco intuiticas, hemos trasladado la burocracia al entorno web", opina Itxaso Redondo, una de las responsables del proyecto.
Según los resultados del informe, el 97% de los textos enfocados a solicitar ayudas, becas y subvenciones no son para nada inteligibles. Recondo pone como ejemplo el texto para solicitar el Ingreso Mínimo Vital, 22 páginas en las que predomina "un lenguaje formal y retorcido cuyo tiempo de lectura, que no de comprensión, serían 25 minutos.
Los textos de la COVID-19 son, en su mayoría, muy complicados de entender en una primera leída. El 85% son confusos y solo el 15% se entienden de primeras. Ello provoca "desconcierto y recelo" porque hablamos de las medidas obligatorias para la ciudadanía en esta época, que incluyen aspectos tan importantes como el uso de las mascarillas, las restricciones de aforo, la vuelta al colegio o la seguridad laboral.
Respecto a los textos laborales, tales como las solicitudes de vida laboral, renovación del paro, darse de alta en la Seguridad Social o el registro en el Servicio Público de Empleo Estatal, el informe explica que el 85% de los textos relacionados con el trabajo no son para nada claros. Son complicados y utilizan una terminología alejada de las personas normales.
Sin embargo, no todos los textos son complicados. Aquellos relacionados con la violencia de género son, por el contrario, muy claros desde el punto de vista expositivo. Según el estudio, que también se ha centrado en este ámbito, el 92% de los textos cuya temática institucional es la violencia de género son realmente inteligibles, ya que utilizan un tono amable, cercano, y se dirigen directamente a las personas afectadas.
El estudio se ha llevado a cabo con la herramienta Clara, que a través de la Inteligencia Artificial tiene la capacidad de traducir textos a un lenguaje más claro. De esta forma, destacan desde Prodigioso Volcán que las máquinas serán "nuestras aliadas para hacer efectivo el derecho a entender". Sostienen además que es necesario "ponerse del lado de los ciudadanos" para poder evaluar la relación entre personas y Administración. "Si algo queda claro es que el rigor jurídico no está reñido con la claridad", defienden.