El teletrabajo es una realidad, pero los viajes de trabajo tendrán que seguir realizándose. Quizá sean menos al año y reservados para cuestiones especialmente relevantes, pero no desaparecerán. Lo que sí es cierto es que no volverán a ser como antes. Serán más cortos y con una agenda muy definida. La industria del diseño, la hostelería y el transporte están proyectando ya cómo serán esos desplazamientos de negocios pospandemia y aquí te traemos un adelanto de las sorprendentes soluciones que los diseñadores están visualizando. Así podría ser un business trip. El futuro nunca estuvo tan cerca.
Si hay algo que, desafortunadamente, no cambiará serán los madrugones para coger un vuelo a primera hora. Pero lo que viene inmediatamente después, sí. Olvídate de ir en metro, autobús o Uber al aeropuerto. Una nueva generación de transporte colectivo eléctrico y autónomo puede imponerse como la solución a este tipo de desplazamientos.
Serán más efectivos, menos contaminantes, menos ruidosos y estarán especialmente diseñados para reducir al máximo el contacto. Las puertas se accionarán solas, los asientos irán dispuestos de tal manera que no iremos enfrentados y se higienizarán tras cada viaje. Un buen ejemplo, el modelo desarrollado por Layer. Su creador, Benjamin Hubert, declaraba al respecto:
"Es un prototipo que se llevará a producción en un futuro muy cercano. Permitirá viajar cómodamente, con mucha seguridad y privacidad, a la vez que será una solución contra los problemas medioambientales que tenemos".
Si antes aprovechábamos el tiempo de espera previo a coger el vuelo para comprarnos el cargador que se nos había olvidado o nuestro perfume favorito a mejor precio, los expertos vaticinan que las compras en el duty free y la desinfección.
Hay marcas que se han adelantado y han visto un filón en la paranoia global que ha desatado esta pandemia. Es el caso de Sendowtek, creadores dispositivos portátiles como el robot higienizador de camas Cleansebot. Otra buena adquisición podría ser el purificador de aire compacto Mint. Se prevé que el mercado de los purificadores de aire crezca hasta los 8 billones de dólares en cuatro años. Así que muy probablemente todos acabemos comprando uno.
Las aerolíneas están desarrollando protocolos de acceso a las aeronaves más ágiles que permitan mantener la distancia de seguridad e incorporen tecnología touchless. Pero el gran cambio lo encontraremos a bordo. Los grandes de la aviación comercial se están devanando los sesos para crear cabinas que, sin perder la rentabilidad por pasajero, permitan ofrecer todas las garantías sanitarias en un entorno cerrado.
Según diseños que están bastante avanzados, los aviones tendrán una configuración de asientos a prueba de contagios. Tanto por su disposición como por las mamparas divisorias que podrían incorporar. El objetivo es recuperar la confianza de un viajero que está temeroso de volar por la posibilidad de contagio. Uno de los prototipos que tienen más posibilidades de llegar a ser una realidad es el creado por Avio Interiors, con asientos contrapeados y divisiones que funcionan como protectores.
Los espacios de trabajo presencial sufrirán importantes modificaciones más allá de que haya rutas prefijadas de ida y venida o control del aforo. Las oficinas poscovid que vayan a albergar a sus trabajadores deberán contar con soluciones higiénicas que parecerán sacadas de una película del futuro. Y más les vale incorporarlas, pues habrá una estricta legislación que lo regule.
Entre esas medidas destacan, por ejemplo, nuevos materiales para paredes y suelos que se desinfectan solos, pomos que se autolimpiarán con luz pulsada tras cada uso, pizarras interactivas autohigienizables y videowalls al estilo Star Trek, en los que hacer e-meetings high-res con todas las garantías de seguridad. El mobiliario también incorporará materiales anti bacterias y los paneles multimedia sustituirán a las rudimentarias separaciones de metacrilato que hemos visto últimamente. El proyecto 6 Feet Office, lanzado en España por la inmobiliaria Vyosa y la consultora Cushman & Wakefield, es sólo el comienzo de lo que veremos. Se impondrá una nueva forma de entender el trabajo y el espacio en el que se lleva a cabo.
Los restaurantes que quieran seguir ofreciendo un servicio premium tendrán que optar por soluciones pospandemia que no resten valor ni a su propuesta culinaria ni a su sofisticada imagen. Hay prestigiosas marcas que están trabajando en vajillas, mantelerías y cubiertos adaptados a la nueva normalidad, pero aún tardarán en llegar a las mesas de los chefs más prestigiosos.
Lo que se va a empezar a incorporar serán diseños que permitan adaptarse a los nuevos tiempos (y sus estrictas normativas) sin que eso suponga la ruina estética para el interiorismo del local. Una opción que ha captado toda la atención del sector de la restauración es el diseño PLEX´EAT, del creador francés Christophe Gernigon. Sus originales campanas protectoras no solo son ligeras y estéticas, además, tienen un bajo coste de instalación y resultan mínimamente intrusivas.
Como probablemente en las oficinas se hayan instaurado turnos de acceso y haya rotación del personal, se os recomendará seguir la jornada laboral en diferentes localizaciones.
Los clubes privados verán un auge sin precedentes ya que disponen de diferentes espacios que se pueden alquilar por horas para reuniones y sesiones de trabajo. Un buen ejemplo es Mortimer House, en Shoderitch, donde después de trabajar podrás tener una sesión de entrenamiento personal y clase de yoga privadas. Por si fuera poco, cuentan con programación cultural estupenda de la que podrías disfrutar si no tienes plan para después.
Estando en Londres y tras de un largo día de trabajo nada como parar un rato y disfrutar, a tu aire, de sus propuestas de streetfood. La multicularidad de la ciudad ofrece suculentas opciones que van de la cocina thai a la indú o japonesa.
Muy pronto, propuestas como la del Centro de Arte Mediamatic de Ámsterdam (en la imagen) llenarán las calles de las grandes capitales. Estas casetas de cristal, ligeras y fáciles de instalar, proporcionarán espacios gastronómicos privados (y seguros) donde poder disfrutar de una comida o cena en buena compañía.
La industria de la hostelería apuesta por integrar tecnología invisible que nos permita disfrutar de nuestra habitación, sin sentir que estamos en un hospital. Frente a la desnudez de las habitaciones que se propuso como primera medida, llegará un interiorismo capaz de combatir hasta el 99% de los microbios y gérmenes.
Las habitaciones serán más minimalistas y la decoración tenderá a evitar los adornos superfluos para minimizar las superficies de contacto. Pero sin llegar a renunciar a la exquisitez y calidez de los buenos acabados. Un buen ejemplo de cómo podría ser nuestra habitación de hotel la encontramos en la propuesta de la cadena Brøchner Hotels (en la imagen). Sus estancias, además de contar con superficies y textiles bacteria free, tendrán un sistema de limpieza que eliminará cualquier impureza del aire y del mobiliario. Sus armarios incorporarán un servicio de depuración de ropa como Pura Case, capaz de informarnos via app de cuándo nuestras prendas están higienizadas al 100%. Y, si aún así no estás seguro del todo, siempre podrás usar tu robot de desinfección de cama. Así ya podrás dormir tranquilo.