Vivir de alquiler es habitual y cuando toca revisar las condiciones porque vence el contrato es un buen momento para salir beneficiados como inquilinos. En Uppers hemos consultado con una agencia inmobiliaria especializada en el arrendamiento en grandes ciudades cómo conseguir una rebaja en el precio del alquiler. Las recomendaciones las hemos agrupado en seis consejos para conseguir una rebaja en el precio del alquiler.
Según el portal inmobiliario Fotocasa el precio medio de la vivienda en alquiler subió en julio de 2022 hasta los 11,21 euros el metro cuadrado. En comparación con las cifras del año anterior el incremento ha sido del 7,4%. Desde Fotocasa, también apuntan que el 75% de los inquilinos que negocia consigue bajar el precio del alquiler. Ante estas dos premisas, puede ser una buena idea considerar los consejos que proponen los expertos para lograr bajar la cuota mensual de arrendamiento. A continuación, los detallamos:
Tan solo se trata de comprobar el precio medio por metro cuadrado de la misma zona, es decir, cuánto piden otros propietarios por viviendas de características similares en ese barrio donde se reside. Si hay otras opciones con mejores precios y condiciones más ventajosas habrá que mostrárselas al casero porque precisamente son las mejores cartas que se pueden jugar para comparar y conseguir reducir las cuotas.
En ese caso hay dos aspectos a poner sobre la mesa durante la reunión con el arrendador. El primero es la situación actual de la casa: si requiere una mano de pintura, cambios de alguna ventana para aumentar el aislamiento, reformas en un baño por problemas de fugas de agua… El segundo son las obras de mejora que el inquilino ha llevado a cabo con las que gracias a ellas ha crecido el valor de la vivienda.
El tiempo de permanencia en una casa como inquilino es una baza a su favor. Tras muchos años pagando rigurosamente y ayudando a conservar la vivienda en perfecto estado con su correspondiente revalorización es un punto importante que tratar en la reunión con el arrendador para bajar la cuota. Incluso es el momento de poner en valor esa relación de confianza que se ha logrado. En contrapartida, podría recordarse que un inquilino que no abona las cuotas, no cuida la vivienda, genera actos vandálicos o causa malestar entre los vecinos se convierte en un problema grave.
Un punto positivo para el inquilino es cuando la vivienda se encuentra en una zona donde la demanda no es un problema porque hay demasiada oferta. Es un argumento para lograr una bajada del precio ya que al arrendador le costaría encontrar un nuevo arrendatario.
Siempre hay que estar dispuesto a negociar y ser flexible. Puede que al arrendador no le compense bajar la renta mensual pero sí que esté dispuesto a realizar alguna reforma en la cocina, cambiar los electrodomésticos por otros más eficientes, compartir algún recibo de suministros, etcétera. A lo mejor no se reduce la cuota, pero se logra mayor comodidad y mejores prestaciones.
Antes de llevar a cabo cualquiera de las propuestas anteriores que citan los expertos es necesario estudiar al mínimo detalle el contrato de alquiler para comprobar los derechos y las obligaciones como inquilino. En ocasiones directamente no se permite negociar una disminución del precio.