El euribor sigue escalando. Después de volver a los valores positivos el pasado mes de abril, cuando se situó en un 0,005% que puso fin a una tendencia negativa que llevaba arrastrando desde 2016 y que le había llevado a su mínimo histórico de -0,5% en febrero de 2021, el índice ha ido encadenando subidas hasta registrar el pasado mes de septiembre una media mensual del 2,233%.
La cifra alcanzada en el mes de septiembre representa el porcentaje más alto desde 2011 y supera en casi el doble a la registrada en agosto, cuando el índice marcó una media del 1,249%.
Con este incremento, el más alto de la serie histórica, el euribor acumula ya seis meses consecutivos de crecimiento positivo y se acerca cada vez más a la barrera del 3%, que los expertos creen que alcanzará de cara a finales de 2022.
La escalada del euribor afecta enormemente a los usuarios que hayan contratado una hipoteca de tipo variable en nuestro país, que al revisar las condiciones de su crédito tendrán que enfrentarse a un sobrecoste récord que podría hacer tambalear sus finanzas. O lo que es lo mismo: a un encarecimiento de las cuotas de su préstamo hipotecario que podría empeorar su economía.
Según señalan desde la Asociación de Usuarios Financieros (ASUFI), actualmente, con el euríbor por encima del 2%, los usuarios que tengan una hipoteca de 100.000 euros con un 1% de diferencial se enfrentarán a una subida anual de su crédito de 1.500 euros, una cifra muy elevada que podría incrementarse incluso más si las previsiones de los expertos se cumplen y el euribor alcanza la barrera del 3%. En este caso, desde ASUFI apuntan a un sobrecoste de más de 2.000 euros anuales.
En nuestro país, actualmente hay aproximadamente 4,1 millones de personas con una hipoteca de tipo variable que se verán afectados por la escalada del euríbor. En esta situación, es probable que alguno de estos consumidores pueda tener problemas para asumir un encarecimiento de las cuotas de su crédito, pero ¿qué ocurre en estos casos? ¿Cuántas cuotas de la hipoteca se pueden dejar de pagar antes de que el banco dé comienzo al procedimiento de ejecución hipotecaria y, consecuentemente, embargar la vivienda y bienes del prestatario?
Según recoge la nueva Ley Hipotecaria, que entró en vigor en 2019 e incrementó la protección de los consumidores, el número de cuotas que deben dejar de pagarse para que el banco pueda comenzar con el proceso de ejecución hipotecaria varía dependiendo del momento en el que el usuario haya dejado de pagar el crédito.
En concreto, la normativa establece que si el impago se produce durante la primera mitad del plazo de amortización de la hipoteca, el prestatario deberá haber acumulado un total de 12 cuotas sin pagar o una cantidad equivalente al 3% del importe total del crédito para que el banco pueda proceder con la ejecución hipotecaria.
En cambio, si este impago se produce en la segunda mitad del plazo de devolución del préstamo, el usuario deberá haber acumulado un total de 15 cuotas sin pagar o una cantidad equivalente al 7% del importe total del crédito para que el banco pueda comenzar la ejecución.
Si tenemos problemas para afrontar un encarecimiento de nuestra hipoteca, por tanto, podremos dejar sin pagar un máximo de doce meses, en el caso de que nuestra hipoteca se encuentre en su primera mitad, o un máximo de quince meses, en caso de que el crédito se encuentre en su segunda mitad, sin que ello dé pie a un ejecución hipotecaria. En ambos casos, no obstante, se generarán intereses de demora que se sumarán a las cuotas del préstamo.
Para poder aplicar la ejecución hipotecaria, el banco deberá avisar al usuario de que ha alcanzado el límite de demora y concederle al menos un mes para que pueda poner en orden sus cuentas y abonar las cuotas impagadas. De no hacerlo, la entidad podrá reclamar el pago del préstamo en su totalidad y dar comienzo al procedimiento de ejecución.