La nevera es el fiel reflejo de cuántas personas viven en una casa y de las costumbres culinarias, aunque también se hereda de madres y abuelas la tendencia a sobrepasar su límite de capacidad o, al contrario, que sus baldas sufran de soledad. Lo que en Uppers nos estamos encontrando últimamente en el refrigerador de otros es un tapón de corcho suelto, como si se hubiera quedado olvidado tras el descorche de una botella. Así, les hemos preguntado para qué sirve meter un tapón de corcho en la nevera.
Los tapones de corcho se fabrican con la corteza de los alcornoques, una capa que protege al árbol de las condiciones extremas del clima mediterráneo, con habituales sequías, altas temperaturas en verano y heladas en invierno, así como incendios, causados en parte por las tormentas.
La corteza de estos árboles, el corcho, son las células muertas que se van depositando según engrosan el tronco y las ramas. El interior de estas células se encuentra lleno de un gas muy similar al aire y por eso es un material que pesa tan poco.
El corcho tiene muchas propiedades y, en este caso, hay dos de ellas que dan sentido a la costumbre de meter un tapón de corcho dentro de la nevera. Una de ellas es su impermeabilidad, ya que se puede mojar sin que se vea afectado, sin que se pudra y sin que lo invadan hongos o bacterias. Otra de sus propiedades es que es higroscópico, lo que significa que se hidrata en función de las condiciones ambientales.
Con todo ello, cuando descorchamos una botella y se termina su contenido, en vez de tirar el corcho a la basura, le podemos dar una segunda utilidad. Si se coloca el tapón en una balda del refrigerador, incluso tantos como estantes tenga, se logra mejorar el ambiente del interior del habitáculo.
Gracias a las propiedades del corcho se consigue rebajar la humedad de los refrigeradores. Sobre todo, en aquellos que son antiguos, en los que se crea una capa de gotas de agua sobre cada balda. Es un material tan poroso que absorbe el exceso de humedad y por este motivo es muy útil el truco de colocar un tapón de corcho sobre un estante.
De la misma manera, el corcho atrapa los malos olores que los alimentos pueden llegar a emitir. Por mucho cuidado que pongamos y guardemos dentro de recipientes herméticos o envueltos en papel film pedazos de frutas u hortalizas, su olor siempre acaba impregnándolo todo, ya sea el de un puerro, una cebolla o un limón. El tapón de corcho, además de regular el exceso de humedad, se ocupará de controlar esos olores que desprenden las verduras, las salsas, los alimentos cocinados o los quesos, por ejemplo.
Una puntualización es que es necesario sustituir estos corchos cada cierto tiempo por unos nuevos para que sus propiedades hagan el efecto deseado dentro de la nevera. Por otra parte, su utilización no sustituye a la limpieza. Lo normal es que los alimentos desprendan restos, se derramen líquidos o queden gotas de salsa en el exterior de su recipiente. Todo ello ensucia las paredes, los estantes y los cajones entrando en acción bacterias que se pueden descomponer y contaminar alimentos que estaban en perfectas condiciones. Al final, cuando se acumula esa suciedad acaba siendo un riesgo para la salud.
Un consejo es aprovechar la compra semanal de refrigerados para hacer una limpieza exhaustiva de la nevera, ordenar los productos por caducidades, en el caso de los yogures o los huevos. El último paso sería tirar los tapones de corcho porque ya han hecho su función y cambiarlos por unos nuevos. Con estos sencillos trucos, la nevera de casa siempre estará en perfectas condiciones.