La serie noruega 'The Architect' plantea un escenario en el que parte de la población ha empezado a ocupar parkings para vivir en las plazas de aparcamiento con unas cortinas como tabiques. Se supone que es una distopía, pero lo cierto es que la idea no es precisamente descabellada. De hecho, no dista demasiado del mundo en el que vivimos. Al menos en EEUU, donde cada vez es más frecuente el fenómeno del 'carliving', consistente en estudiantes universitarios viviendo en sus coches para poder afrontar el coste del alojamiento.
Lejos de ser un estilo de vida que uno elige por gusto, el 'carliving' refleja la dura realidad de la crisis de la vivienda y la brecha económica cada vez más grande que existe en el país de las barras y estrellas. Uno de cada diez estudiantes de la universidad estatal de California no tiene vivienda fija o ha pasado por un periodo sin ella. La principal razón por la que muchos optan por vivir en sus automóviles es el desorbitado coste del alojamiento en zonas urbanas y universitarias. A eso hay que sumarle la altas tasas de matrícula en la educación superior. De hecho, los estudiantes a menudo dependen de préstamos y becas para poder estudiar.
Además del grave síntoma social que representa, el 'carliving' también es incómodo y puede tener consecuencias peliagudas para la salud física y mental de los estudiantes. El carecer de un espacio adecuado para el estudio y el descanso puede afectar decisivamente a su rendimiento académico.
Frente a esta situación, algunas universidades han empezado a ofrecer parkings con servicios básicos. Se trata de área de aparcamiento habilitadas con conexión wifi, acceso a duchas y seguridad, lo que proporciona un entorno más seguro y digno para los estudiantes. ¿Es la solución? Obviamente, no. Estas medidas ofrecen un alivio temporal que muchos aplauden, pero otros las ven como una forma de normalizar una situación inasumible en una sociedad avanzada.
El 'carliving' en las universidades estadounidenses es una clara señal de alarma sobre la accesibilidad de la educación superior y la vivienda. Es importante que las universidades, y la sociedad en general, aborde las causas de este fenómeno, priorizando el bienestar integral de los estudiantes. Se necesitan políticas más efectivas para abordar la crisis de vivienda y educación, incluyendo la revisión de las tasas universitarias y la creación de más alternativas de vivienda asequible.