Si alguna vez has fantaseado con tener un rincón del mundo para ti solo, alejado de la civilización y de cualquier distracción, en el que poder desconectar de todo y de todos, ahora tienes una oportunidad inmejorable de convertir ese sueño en realidad. Solo necesitas tener a mano unos 44.000 euros y una pequeña isla con su propio faro y embarcadero puede ser completamente tuya.
La sorprendente oferta, que está atrayendo un gran interés, ha aparecido en el portal de compraventa inmobiliaria nórdica Eiendomsmegler 1. El islote de Skalmen, ubicado al norte de Noruega, se trata de un pedazo de tierra de 6,5 kilómetros cuadrados al que solo se puede llegar en barco.
Destaca por albergar un faro de 1907 con casi 16 metros de altura. El primer farero de Skalmen fue el primer oficial Anton Lund, que participó en la famosa expedición Gjøa de Roald Amundsen que partió de Oslo en 1903 y llegó la bahía de San Francisco en 1906. El Gjøa fue el primer barco que logró atravesar el paso del Noroeste, en el océano Ártico y el explorador noruego Amundsen fue quien dirigió la expedición a la Antártida que por primera vez alcanzó el Polo Sur.
El faro se automatizó en 2002, cuando se realizaron distintas obras de modernización. Desde entonces lleva sin atención nada menos que dos décadas. Las autoridades pertinentes llegaron a sopesar la idea de demolerlo, pero ahora el conjunto formado por el islote, el faro con alojamiento y el entorno portuario se ha puesto a la venta.
El precio al que se oferta es de un total de 500.000 coronas noruegas, algo más de 330.000 coronas danesas, o 44.000 euros, menos de lo que te puede costar un BMW, por ejemplo. El lugar, además, está equipado. La torre del faro tiene adosada una casa de madera con espacio suficiente para una familia y un ayudante, reseña la inmobiliaria. También hay construida una dependencia con un pequeño granero, un cobertizo para botes y un embarcadero.
Eso sí, hay un pequeño inconveniente que quizás debas tener en cuenta, más allá de estar a kilómetros de supermercado más cercano. Tendrás que soportar una climatología extrema con una temperatura media de 3 grados durante gran parte del año y vientos de hasta 70 kilómetros por hora. Esas circunstancias implican que el mantenimiento de las instalaciones posiblemente esté lejos de resultar barato, y esos gastos sí correrían de tu cuenta. Si aún así te pica la curiosidad, puedes echar un vistazo aquí en 3D a la que podría ser tu futura casa.