La llegada de Internet y la popularización de las redes sociales ha hecho que muchos lugares que hasta hace poco no eran muy turísticos ni conocidos, reciban cada vez más visitantes, ya sea por moda, por mejora en su conectividad o por ofrecer viajes económicos. De esta manera, hay países que cada año reciben millones de turistas al año, como España, Japón o Estados Unidos, y otros en los que apenas llegan 200 personas anualmente, como es el caso de Nauru, el país menos visitado del mundo.
Se trata de una pequeña isla en medio del océano Pacífico que actualmente ostenta el título de país menos visitado del mundo. Una razón puede ser la lejanía que existe entre la isla y el resto de la población. Por ejemplo, España se encuentra a casi 16.000 kilómetros de distancia de Nauru, obligando a coger hasta cuatro aviones para poder llegar a la paradisiaca isla.
Nauru es una isla conocida por muchos como la perla del Pacífico y el tercer país más pequeño en extensión del mundo, solo por detrás de Ciudad del Vaticano y Mónaco. En total ocupa una superficie de 21 kilómetros cuadrados en plena Micronesia Oceánica que están rodeadas por arrecifes de coral que lo convierten en un paraíso ideal para los amantes del buceo.
Pese a su tamaño tan pequeño, en la isla viven más de 12.000 personas, por lo que su densidad de población se sitúa por encima de las 600 personas por kilómetro cuadrado. Su historia está marcada por la explotación de depósitos de fosfato que se utilizaban como fertilizante, lo que impulsó su economía exportando la gran mayoría a Australia, a unos 4.000 kilómetros de distancia de la isla. Desde hace un tiempo Nauru se enfrenta a problemas económicos ante el agotamiento de las reservas de fosfatos.
Su aislamiento es el principal problema al poco turismo que llega cada año a la isla, solo unas 200 personas al año, convirtiéndola en una gran desconocida y en una joya por descubrir respetando sus tradiciones, cultura y paisajes.
El mejor momento para ir suele ser de marzo a octubre, cuando el clima tropical que le caracteriza está más calmado y no hay tantas lluvias. Su principal atractivo son las playas, pero también se puede disfrutar de su historia, como las ruinas de la antigua residencia presidencial que se incendió hace más de dos décadas ante el descontento de la población del país por la situación económica.
En cuanto a su gastronomía, el pescado es el protagonista de sus cocinas, con el pez espada o el atún de aleta amarilla con los que hacen exquisitas parrilladas. Por no hablar del charrán bobo negro, un ave que es una autentica delicia.