Reformar el baño no es solo cambiar los sanitarios y la ducha y renovar los revestimientos. Podemos dedicar la reforma a buscar la manera de conseguir un baño mejor distribuido para aprovechar al máximo el espacio. Cualquier reforma es una gran responsabilidad ante la que se deben tomar importantes decisiones para que los resultados no queden obsoletos al poco tiempo. Debemos pensar bien qué necesitamos y cómo lo queremos para que tanto el estilo como la distribución se adecúen a nuestro estilo de vida y nuestro presupuesto.
Esto lo debemos tener en cuenta también para la reforma del baño, que debemos planificar con esmero, independientemente de sus dimensiones. Todos queremos un cuarto de baño bonito y a la vez funcional, un lugar donde relajarnos, en el que el espacio esté bien aprovechado y su uso sea agradable. Para conseguirlo, hay que evitar estos cinco errores.
Para decorar y diseñar cualquier espacio del hogar es necesario la asesoría de un experto. Cuando se trata de reformar tu baño, la ayuda de un profesional te garantizará casi por completo el éxito. En una reforma son muchos los detalles que, si bien tienen una importancia más o menos evidente, pueden pasar desapercibidas para alguien que está del todo relacionado como experto en estos temas.
El error más común en la reforma de un cuarto de baño, es no establecer un contrato a precio fijo con los profesionales que contratas. Esto puede convertirse en un pozo de dinero sin fondo. De ahí que la figura de un profesional sea esencial para no tener quebraderos de cabeza.
Es importante dibujar un plan muy detallado de cómo se verá tu nuevo baño y compartirlo con un experto. Si estás realizando una reforma importante que requiere accesorios, nuevas paredes o quitar las antiguas, etc., se recomienda contratar a un diseñador de interiores para que te ayude a elaborar un plan claro que incluya todo lo que desees. Debes tener en cuenta la posición de las puertas, ventanas, plomería y cableado eléctrico. No querrás comenzar la remodelación, derribar paredes, etc., solo para darte cuenta de que no se ve exactamente como esperabas.
Uno de los ítems más caros en la remodelación de un baño es el coste de la nueva fontanería. Cuando decides mover la bañera, el inodoro, el lavabo o la ducha de su ubicación original, el presupuesto puede aumentar. Por lo tanto, es importante determinar si esta es una verdadera necesidad que le aportará valor diferencial a tu baño.
El tema del dinero siempre es importante. Pero hay veces en que no planificamos un presupuesto y miramos la reforma (pequeña o grande) pensando individualmente. Es decir, miramos el precio más barato del m² para el suelo, el wc más económico, la mampara más barata...
Es preferible hacer un presupuesto global y pensar de forma general. De esa manera podremos utilizar partidas presupuestarias más altas para ciertos elementos sin buscar lo más barato. No quiere decir que derrochemos, pero sí que miremos y comparemos precios y sobre todo calidades. De nada nos servirá comprar un suelo por su bajo precio, si no resiste la humedad, el agua o los golpes. Tarde o temprano tendremos que cambiarlo.
Error. Y de los grandes. Muchas veces se pasa por alto este tema, pero debemos ser conscientes de que en esta estancia se utiliza agua y diferentes temperaturas a lo largo del día. Si no disponemos de una ventilación natural a través de una ventana, debemos solventarlo de alguna otra manera (con conductos) para evitar a la larga tema de humedades. Adelántate a posibles problemas futuros.
Seguramente hayas soñado con esos baños de revista en el que hay dos lavabos, un espejo gigante, la ducha escondida, al igual que el wc y un espacio en el medio donde podrías patinar. Esto solo es posible en baños extremadamente grandes. El mayor error que cometemos es pedir que se coloquen dos lavabos, por qué, seguramente, no haya tanta afluencia de gente en el baño y no dispongas del espacio suficiente para dos lavabos.
No solo es tener sitio para dos lavabos, sino disponer de espacio para el armario inferior y el espejo. Y lo más importante, disponer del espacio suficiente para que dos personas puedan estar a la vez. ¿De qué te serviría tener dos lavabos si no tienes sitio para que alguien se lave los dientes si al lado no cabe otra persona para secarse el pelo? Prioriza. Menos es más.