Tu sueño se puede hacer realidad: cómo comprar una casa en la playa en tres años
Los bancos se quieren desprender de sus carteras inmobiliarias en el litoral
Con un colchón económico suficiente podrás solicitar una hipoteca de menor cuantía
Pequeños cambios en tu día a día incrementarán tu ahorro casi sin esfuerzo
El mercado inmobiliario está tocado por la pandemia que ha generado el Covid-19. Los precios de la vivienda siguen altos en ciudades como Madrid y Barcelona, pero en la costa la situación es muy diferente. Tal vez sea el momento de hacer realidad, por fin, el sueño de disponer de un espacio en la playa para disfrutar del mar nada más levantarse.
Te vamos a sugerir cómo comprar una casa sin arruinarte porque los apartamentos del litoral están accesibles en precio para muchos. Los problemas de movilidad están impidiendo a los extranjeros adquirir viviendas en nuestro país y los bancos quieren desprenderse de sus carteras inmobiliarias con descuentos de hasta un 60% sobre el valor de tasación.
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La fórmula es sencilla: aplicar distintos métodos de ahorro para disponer de un colchón importante antes de convertirte en propietario y que si tienes que pedir una hipoteca para pagar tu casa en la playa sea mínima.
¿Cómo ahorrar rápido para comprar una casa?
Saca la calculadora para identificar por un lado los ingresos y por otro los gastos fijos mensuales. No olvides los gastos esporádicos. Las cuentas deben ser realistas porque no sirve de nada engañarnos a nosotros mismos. El dinero sale tan rápido de tu bolsillo como entra así que te vamos a enumerar una lista de ideas o propuestas para ahorrar y rápido:
- Intenta liberarte de tus deudas, antes de incrementarlas con una nueva hipoteca, de modo que los primeros ahorros vayan destinados a cancelarlas.
- Revisa con atención los gastos mensuales de tu presupuesto; seguro que se pueden rebajar y convertir en ahorro.
- Habla con la compañía de luz y sobre todo con la de telefonía porque podrías reducir megas y eliminar los servicios contratados prescindibles. Compara las coberturas y las cuotas de tu seguro de hogar, vehículo, salud… con las prestaciones de otras aseguradoras. Tu compañía habitual o una nueva te darán soluciones para pagar menos.
- Inicia una rutina deportiva en casa o al aire libre y cancela tu suscripción al gimnasio, sólo será por un tiempo.
- Minimiza las comidas y las cenas fuera de casa y, cuando salgas, no selecciones los restaurantes más caros y exclusivos, opta por otras propuestas divertidas o innovadoras. Con la carta en tus manos, presta atención a los precios para elegir.
- Apuesta por desayunar en casa en vez de en el bar.
- Repasa atentamente los servicios de suscripción a las televisiones de pago y atrévete a anular alguna.
- Haz tus trayectos a pie, en transporte público o en bicicleta en vez de en tu vehículo para gastar menos en combustible. Si la única opción es el coche, proponle a un familiar, amigo o vecino compartir la ruta y los gastos.
Las cantidades ahorradas al mes, revisando todas estas partidas, pueden ascender hasta los 200 euros, lo que significa que en un año tendrás reservada para tu casa la cantidad de 2.400 euros. Con disciplina, en tres años, se convertirán en 7.200 euros.
Ahorra lo que no gastas en viajar
Además, hay otras formas de incrementar esta bolsa de ahorro. Añade las cantidades que empleabas en viajes largos y de fin de semana antes de la pandemia. Revisa lo gastado el año pasado y todos los meses guarda por lo menos la mitad. La inversión en cosméticos, ropa o calzado igualmente es susceptible de reducir. Tira de fondo de armario porque no necesitas comprarte una camisa al mes.
Es cierto que empezarás a llevar una vida un poco austera pero la casa en la playa lo justifica. Cuando te agobies, echa un vistazo a todo lo que llevas ahorrado y te animarás enseguida.
Nada más cobrar, transfiere un fijo al ahorro
Lo más importante es ir por delante. Debes programar una transferencia fija a principio de mes, de la cantidad total que hayas previsto reservar, a una cuenta, depósito o plan de ahorro de una entidad bancaria o aseguradora. Investiga las condiciones para elegir la que ofrece mayor rentabilidad y te permita disponer del dinero cuando encuentres tu casa en la playa. El truco está en que ese dinero mensual no lo puedes tocar, se convierte en una obligación y por tanto en un gasto más.
Con todo lo ahorrado podrás hacer frente a los extras que implica la adquisición de una propiedad: las arras o reserva de la vivienda; el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados (IAJD), para vivienda nueva, o el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales (ITP), para vivienda antigua; el IVA; la tasación; o el notario. Incluso si eres muy estricto con tus gastos y te vuelves minimalista no necesitarás pedir al banco una hipoteca tan elevada como pensabas. No olvides que cuanto más baja sea la hipoteca menos intereses pagarás para devolverla y más ahorro.