Para que pueda decirse que una cocina está bien equipada, debe contar con un electrodoméstico fundamental: un lavavajillas. Gracias a los avances tecnológicos en este ámbito, es un electrodoméstico que nos permite ahorrar tiempo y dinero.
El lavavajillas es un electrodoméstico que utilizamos a diario para limpiar los platos y utensilios que utilizamos para comer, pero debemos aprender a limpiarlos de la forma adecuada, puesto que resulta muy importante para que tengan una larga vida.
De la misma forma, una limpieza del lavavajillas adecuada y regular es primordial para evitarnos problemas raros y la temida llamada al técnico, además de alargar la vida útil de este electrodoméstico. Y es que el filtro del aparato va acumulando los restos de los alimentos, por lo que es susceptible a generar malos olores, moho y atascos.
Conviene, también, tener presente que la cal y la propia impureza del agua hace que el aparato se acabe deteriorando y funcionando de manera incorrecta. Por ello, es aconsejable retirar lo máximo posible los restos de comida adheridos a un utensilio y limpiar este electrodoméstico al menos una vez al mes. Y es aquí donde intervienen productos como el vinagre blanco o el bicarbonato de sodio.
Para dejar reluciente este electrodoméstico, lo primero que debes limpiar es el filtro del aparato. Es una cesta pequeña y alargada que se encuentra en la parte baja, justo debajo de las aspas. Si al desenroscar el filtro del lavavajillas notas mal olor, es necesario que lo dejes a remojo durante 30 minutos en un cubo con 2 tazas de agua caliente, 2 tazas de vinagre blanco y un chorrito de jabón.
Tras el tiempo de remojo, es necesario que retires toda la suciedad con la ayuda de un cepillo de dientes viejo que ya no utilices. Si el filtro está muy sucio o nunca se ha limpiado, puedes dejarlo a remojo en agua caliente de 15 a 20 minutos. Después, vierte jabón y una pizca de bicarbonato de sodio. Cuando termines de limpiar el filtro, introdúcelo de nuevo en el lavavajillas.
Las aspas y brazos que dispersan el agua también acumulan grasa y suciedad. Y sí, se pueden limpiar. Solo debes limpiar estos elementos una vez cada 6 meses. Además, según el modelo se pueden abrir o no. Retirarlas y ábrelas. Límpialas con agua y jabón bajo el grifo. Si ves que la grasa está muy adherida, recurre a un buen quitagrasa. Si las aspas no pueden abrirse, colócalas a remojo en el fregadero con agua caliente y jabón.
El vinagre y el bicarbonato juntos tienen propiedades que harán maravillas en la limpieza del lavavajillas. El bicarbonato de sodio eliminará la suciedad y el vinagre acabará con el mal olor, además de recuperar su brillo original.
Coloca el filtro en el lavavajillas y extrae todos los platos y vasos que haya. Después, vierte 3 tazas de vinagre blanco, específico de limpieza, dentro del lavavajillas. En el cajetín del detergente, introduce de 2-3 cucharadas de bicarbonato de sodio. Luego, programa un ciclo de lavado normal, a ser preferible a 65º centígrados. Cuando el ciclo de lavado se haya acabado, revisa que las bandejas y aspas estén bien limpios.
Con un paño humedecido en jabón y agua, repasa la junta de la puerta y las gomas. Las gomas de este electrodoméstico también acumulan grasa, suciedad e incluso moho. Si observas que hay moho, prepara una disolución de un chorrito de lejía con agua fría y con un paño o esponja limpia las gomas. No utilices lejía para limpiar el interior de este electrodoméstico si es de acero inoxidable. Para limpiar la parte externa del aparato, opta por agua y jabón o un quitagrasa de tu elección.
Algunas medidas que puedes tomar para mantener la eficacia del electrodoméstico en niveles óptimos, con independencia de los graves problemas puntuales que puedan surgir son.