Es lo único que podemos controlar de los gastos mensuales. Nos referimos a la cesta de la compra. En el presupuesto de cualquier hogar cuando se acude al supermercado hay siempre un margen de mejora, por pequeño que sea. Con una buena organización y con seguir algunas recomendaciones, el ahorro en la cesta de la compra a final de mes puede ser importante.
La pandemia global ha alterado muchos aspectos de la vida diaria, entre ellos la manera de consumir. Las nuevas tendencias en compras, productos y servicios se han instalado rápidamente en la vida cotidiana y, muchas de ellas, parece que se están consolidando con un impacto inmediato en las finanzas personales.
Según un estudio de Net Credit creado para hacer el mapa de lo que cuesta la cesta de la compra, Europa encabeza el listado de los más caros. Los dos países con los precios más elevados se encuentran en el Viejo Continente. Suiza, donde la cesta asciende a 49 dólares, y Finlandia están entre los diez países más caros, pero también entre los diez en los que la cesta de la compra es más asequible. ¿Cómo es posible? Porque los salarios de los trabajadores en estos países son muy altos en comparación con los costos.
En el caso de España, el coste de la compra es de 22,85 euros. El INE calcula que los gastos en alimentación suponen el 14,2% de los gastos totales de una familia española, cerca de los 4.300 euros a anuales y casi 360 euros mensuales.
¿Cómo podemos reducir esta factura? Según la Organización de Consumidores y Usuarios de España, el ahorro medio anual que podría lograr una familia es de 1.073 euros realizando una comparativa entre las distintas cadenas de alimentación, ya que, dependiendo de su ubicación, tamaño e, incluso, tipologías de productos, permiten al consumidor obtener rebajas anuales considerables.
Además, para optimizar el gasto en alimentación se pueden realizar otros ahorros sin dejar de disfrutar de una alimentación rica y variada. Te ofrecemos las diez claves más importantes.
El objetivo es comprar lo que realmente necesites para cocinar. Además, será más fácil que identifiques ofertas si juegas con varios días para poder hacerte con los productos. En este punto es básico que mires antes lo que ya tienes para darle salida, evitar compras duplicadas y hacer eso que se llama 'cocina de aprovechamiento', una manera fácil de ahorrar en la cesta de la compra.
Establece cada semana una cantidad de dinero que destines para ir al supermercado. No se trata de cortar la compra de bienes que realmente necesitemos para llevar una dieta saludable, sino de tener una disciplina en el gasto que nos permita planificar. Evalúa realmente si necesitas algunos caprichos o si, por ejemplo, te compensan las ofertas 2 x 1 o cualquier otro tipo. A veces, creemos ahorrar en este tipo de compras, pero, realmente, estamos incrementando el gasto injustificadamente.
Esta regla se aplica no solo a la compra, sino a toda la organización financiera. Consiste en dividir en tres partes el sueldo mensual. La mitad; es decir, el 50% debe destinarse a los gastos fijos y necesidades básicas (vivienda y alimentación, entre otros); el 20% se destina al ahorro y el 30% al ocio. Cuanto menos te salgas de este cálculo, más te rentará tu dinero.
Quien más y quien menos sabe lo que cuestan los productos que consume habitualmente. Así, cuando hay ofertas de varios productos por uno, realmente sabe si el ahorro es considerable. Si es así, haz despensa. Eso sí, mira siempre la fecha de caducidad. A veces las ofertas vienen porque los productos están próximos a caducar.
Comprueba qué productos destacan en cada uno de los supermercados que conoces. Puede ser que destaquen por los precios, las ofertas o la calidad del producto. Invertirás más tiempo pero reducirás tus gastos. La fruta, la charcutería o el pescado, por ejemplo, suelen ser más baratos en las tiendas especializadas que en los supermercados.
Los productos de temporada suelen ser más económicos y están en su momento óptimo de consumo. Esto es especialmente importante sobre todo en frutas y verduras. Por otro lado, los productos embolsados o en bandejas suelen ser más caros que a granel. Aunque eso suponga tener que hacer cola en la pescadería o en la carnicería, piensa que no sólo ahorrarás sino que comprarás sólo el alimento que necesites.
Lo comentábamos en otro punto. Algunos establecimientos abaratan el precio de productos cuya fecha de caducidad está próxima. Si sabes perfectamente que los vas a consumir pronto, es una buena estrategia para ahorrar. Además, es frecuente que algunas tiendas reduzcan el precio de algunos de sus productos frescos a última hora de la tarde o los mediodías del sábado en los mercados de abastos. Ocurre sobre todo con los perecederos como carne y pescado.
Es una buena opción, sobre todo si sois muchos de familia. Comprar productos en gran cantidad suele derivar en precios más económicos. Por ejemplo, adquiere bandejas de carne de más de un kilo que puedas luego almacenar en táperes en el congelador. Lo mismo puedes hacer con el pescado o con productos envasados y ya preparados para ello, como ciertas verduras u hortalizas.
Parece que no tiene que ver, pero está muy relacionado: hacer la compra con hambre nos lleva a adquirir caprichos y productos que no necesitamos. Lo mejor es ir al supermercado después de haber comido. Es la mejor manera de eliminar dulces, frutos secos o bollos. En vez de eso, los podemos sustituir por fruta o yogures, normalmente más baratos y más sanos.
Muchas cadenas ofrecen tarjetas con promociones y descuentos, bonos u ofertas especiales para sus clientes fidelizados. En general, todas esas promociones generan un ahorro. Por ejemplo, en algunos hipermercados, ofrecen un 'cheque-gasolina' (un porcentaje sobre el dinero gastado en combustible en algunas gasolineras); otros, un descuento fijo sobre la compra; algunos, beneficios en forma de entradas a espectáculos o rebajas considerables... La oferta de fidelización es amplia. Exige, eso sí, que te mantengas al día en cuanto las condiciones de cada oferta. No es la primera vez que nos perdemos alguna porque, sencillamente, la fecha ha expirado.