La despoblación de las zonas rurales es un problema que no afecta solo a España, sino también a toda Europa. Desde principios del siglo XX, los países del Viejo Continente han experimentado un éxodo rural que, unido con el decrecimiento poblacional, ha ido vaciando sus pueblos y aldeas. Cada año, miles de europeos, especialmente jóvenes, emigran a las grandes ciudades con la esperanza de mejorar sus perspectivas de futuro.
Es, prácticamente, una necesidad: los núcleos urbanos concentran las grandes empresas, las Universidades. Las oportunidades allí son mayores que en el campo, igual que las facilidades y los salarios. A pesar de la idealización de lo rural que se ha vivido en los últimos años, especialmente durante el primer año de la pandemia de la Covid-19, la vida en los pueblos sigue siendo mucho más complicada y limitada que en las ciudades, y mientras la población sigue huyendo hacia las grandes metrópolis, los Gobiernos de la Unión Europea deben buscar soluciones para hacer frente a este enorme desafío que amenaza con hacer desaparecer poblaciones enteras, con sus costumbres y culturas.
Atraer a los jóvenes al mundo rural resulta indispensable para frenar la despoblación. Por eso, varios ayuntamientos europeos han empezado a probar distintas iniciativas con las que esperan captar el interés de la juventud. Estas propuestas van desde exenciones fiscales a ayudas a la formación o viviendas sociales con alquileres reducidos, y podrían servir no solo para repoblar estas zonas, sino también para aliviar las dificultades económicas que muchos europeos sufren en las ciudades a causa de la crisis de 2008, que ha aumentado el desempleo y el costo de la vida misma.
En este sentido, una de las medidas más curiosas e interesantes que se han aprobado para atraer nuevos vecinos y frenar el éxodo rural es la que han aplicado varias localidades de Italia. ¿Te imaginas poder vivir en la bella Italia por menos de lo que cuesta un café? ¿O no tener que volver a preocuparte nunca más por los alquileres abusivos? Pues desde hace unos años todo eso es posible gracias a una novedosa iniciativa que han aplicado algunos pueblos de las regiones de Sicilia, Cerdeña, Calabria, Basilicata y la zona de los Apeninos y que permite comprar casas por tan solo un euro. Aunque, eso sí, con un pequeño truco.
El objetivo de esta iniciativa, que comenzó a aplicarse allá por 2018 en la ciudad sarda de Ollai, es atraer a nuevos residentes, aumentar la población y revitalizar estas regiones. Las viviendas, que son propiedad de los ayuntamientos, tienen unas dimensiones que van desde 40 a 150 metros cuadrados y necesitan amplias reformas para poder vivir con normalidad.
Para poder comprarlas, los interesados deberán, además de pagar el euro simbólico, comprometerse a invertir 15.000 euros en estas reformas, que se deberán acometer en un plazo de tres años tras la adquisición. Además, tendrán que desembolsar un depósito de 5.000 euros que se devolverá una vez hayan terminado las obras.
La ciudad de Sambuca y Mussomelini, en Sicilia; Ollolai, en Cerdeña; Cinquefrondi, en Calabria; Laurenzana, en Basilicata, y Castropignano, en la zona de los Apeninos, son las localidades que, hasta ahora, habían aplicado esta medida. Recientemente, sin embargo, se han añadido dos nuevos integrantes a la lista: Castiglione di Sicilia, una ciudad siciliana ubicada en las proximidades del famoso monte Etna y a escasa distancia de la playa con menos de 3.500 habitantes, y Calatafimi Segesta, un montañoso pueblo de la provincia siciliana de Trapani con aproximadamente 7.000 vecinos.
Para intentar revertir este éxodo rural, las autoridades de ambos pueblos han decidido poner a la venta algunas de sus viviendas por tan solo un euro. En el caso de Calatafimi Segesta, el ayuntamiento ofrece 58 viviendas de su centro histórico por esa simbólica cantidad. En el caso de Castiglione di Sicilia, el ayuntamiento ha puesto a la venta 900 viviendas completamente abandonadas, aunque, de estas, solo la mitad se venderán por un euro. Las demás, que se encuentran en mejores condiciones, podrán adquirirse por precios de entre 4.000 y 5.000 euros. ¿Te mudarías a Italia?