Los jóvenes españoles retrasan cada vez más la adquisición de una casa. No es que no quieran dejar de compartir piso o emanciparse para salir de una vez de la casa de sus padres, sino que económicamente les resulta inviable.
En Uppers nos preguntamos cuál es la edad media española de la compra de una primera vivienda porque es un dato que refleja los problemas de la juventud. Además, contamos con el informe European Residential on the Rise (Residencial europeo en aumento) que en junio pasado publicó la consultora Colliers. Según sus conclusiones, a los 41 años es cuando compran los españoles su primera vivienda.
Los países europeos, España incluida, por el momento no están siendo capaces de solucionar este enorme retraso de los ciudadanos a la hora de comprar, ni hipotecando, su primera casa, aunque sea un apartamento minúsculo. Los problemas para acceder a una vivienda propia se incrementan y son una de las grandes preocupaciones a nivel social de todos los países en los últimos años. Salarios demasiado ajustados para los jóvenes a pesar de contar con muy buena formación en muchísimos casos y empleos que no duran lo suficiente o no aportan estabilidad. Ambas circunstancias se mezclan con precios altos de la vivienda que además no paran de crecer por el desequilibrio entre la oferta y la demanda. Todo ello ha generado que la edad de emancipación o primera propiedad se retrase hasta esos extremos.
Tal como adelanta el informe de Colliers, la media europea arroja un dato menos negativo porque sitúa en los 34 años la edad en la que se adquiere la primera casa. Sin embargo, España no es de los peores con 41 años, porque en la República Checa los ciudadanos se estrenan como propietarios con 42 años y en Suiza no les llega la oportunidad hasta los 48 años. En el otro lado de la balanza, a los que habría que estudiar en profundidad porque algo estarán haciendo mejor, están Islandia y Bélgica donde con 27 años ya adquieren su primera vivienda. Por su parte, en Francia la compran a los 31 años, en Italia a los 33 años y en el Reino Unido y Alemania, a pesar de ser los mercados inversores más grandes, no se convierten en propietarios de su casa hasta los 34 años.
Las dificultades económicas para comprar y los altos precios del metro cuadrado imposibilitan el acceso a una vivienda propia. El estudio de Colliers adelanta que todo ello ha impulsado el mercado del alquiler en residenciales privados. A su vez apunta que muchos de esos hogares destinados al alquiler “no entran en los parámetros de alquiler social”. Además, destaca que la política de los gobiernos europeos ha girado en torno al apoyo de la propiedad de la vivienda, sin proporcionar casas en alquiler, que sobre todo han estimulado el aumento de los precios. De este modo han generado “una brecha de accesibilidad mayor” con esa media tan alta en la edad de compra en los 34 años en Europa.
El informe destaca que los europeos tienen sus preferencias: vivir en grandes ciudades con una elevada oferta comercial, cultural y educativa como sucede en Londres o en París. No obstante, normalmente este tipo de urbes resultan muy caras tanto para propietarios como para inquilinos teniendo en cuenta la relación entre el coste del metro cuadrado y el nivel medio de ingresos. Junto a Londres y París, Ámsterdam, Múnich y Manchester son las que destacan al respecto.
Esta circunstancia está provocando que se desarrollen otras ciudades más pequeñas y secundarias que también cuentan con una oferta comercial, cultural y educativa decente. En ellas, esos nuevos propietarios tienen la posibilidad de comprar viviendas con casi el doble de metros cuadrados invirtiendo la misma cantidad de dinero que en las grandes urbes.
En España, y más aún en Madrid, los problemas se han acrecentado con la pandemia del Covid-19 pero, tal como asegura la consultora, se espera una fuerte y rápida recuperación. Colliers además alerta de que la inversión en vivienda podría estancarse “si el Gobierno finalmente interviene el precio de los alquileres”. A lo que añade que esta “medida se ha puesto en marcha en Berlín y ha generado incertidumbre entre los inversores”.