Escases de áreas verdes, densidad del tráfico, sobrepoblación, contaminación lumínica, ruido... son muchos los factores urbanos que afectan directamente la salud de los habitantes en los distintos barrios. De hecho, esta semana, el presidente de la Sociedad Internacional para la Salud Urbana (ISUH según sus siglas en inglés), el médico Brasileño Carlos Dora, ha dicho en una entrevista que "las características de nuestros barrios, la forma en la que están diseñadas nuestras ciudades afectan directamente a nuestra salud".
Así, tanto la calidad del aire, como la cantidad de áreas verdes o de paseo, son muy distintas según las zonas de una ciudad. No es lo mismo vivir en el Gótico (Barcelona), que en Vallecas (Madrid) o en Triana (Sevilla). No solo porque cada barrio tiene características propias sino porque cada uno también obtiene distinta atención por parte de los ayuntamientos de las ciudades. Hay barrios en Madrid, como Lucero, que se limpian de manera deficitaria desde hace años, algo impensable en el barrio de Salamanca, por poner un ejemplo. Y la limpieza repercute también en la salud de sus vecinos.
En todo esto intervienen factores políticos y sociológicos sin duda. Aunque el doctor Dora apunta a un enemigo común de la salud que podemos encontrar el casi todos lo barrios.
En un artículo publicado por El Mundo, Dora ha hablado, entre otras cosas, de la importancia de tener una conciencia climática en el diseño de las ciudades y señala directamente a un culpable: el coche. "En el futuro, igual que ahora nos parece increíble que antes se pudiera fumar en las escuelas o en la consulta del médico, a todo el mundo le parecerá una barbaridad, algo de locos, que muchas de nuestras ciudades estén pensadas para los coches y no para las personas" sostiene. Pero también señala que, aunque el cambio de mentalidad cuesta, ya hay varios ejemplos de ciudades pensadas desde otro criterio, como la apuesta por las vías ciclables que han llevado a cabo ciudades como Copenhague o Ámsterdam.
Según el médico, este desarrollo de las ciudades y sus barrios estuvo pensado, durante todo el s. XX, para los autos: "Fue parte de una estrategia económica para desarrollar la industria de los coches e implicó incluso la compra de compañías de tranvías y otros medios de transporte colectivos para destruirlos y que no pudiesen contemplarse como alternativa para los desplazamientos- sostiene-. Eso pasó en muchos sitios, hay muchos ejemplos sin ir más lejos en Estados Unidos; lo que ha provocado la existencia de ciudades muy dispersas, con casas que están lejos del lugar del trabajo, de la escuela, de la biblioteca o el hospital. En ese tipo de ciudades es obligatorio coger el coche para todo y eso tiene un impacto".
Está claro que con el paso del tiempo, las personas pasamos cada vez más tiempo en nuestros barrios. Y conviene adecuarlos antes que sea demasiado tarde. Y ya nos e trata solo de salud física: barrios menos contaminados por el coche, con más áreas verdes y más comercio local, favorecen lo que algunos llaman el 'tejido emocional del barrio', lo que repercute directamente en la salud mental de sus vecinos.
Un primer paso a seguir, dicen los expertos, es sacar los coches de los barrios. Una iniciativa que, como la idea de las 'super islas' peatonales impulsadas por la anterior alcaldesa de Barcelona, ha calado entre los vecinos de los distintos barrios trayendo beneficios para su salud física y mental. "Respirar aire contaminado tiene un impacto directo en las arterias que es muy semejante al de la hipertensión o el colesterol. La contaminación causa tantas muertes al año en el mundo como el tabaco y se ha demostrado que también puede influir en la capacidad intelectual de los niños en desarrollo, sobre las enfermedades respiratorias y otros trastornos", alerta Carlos Dora.