Cómo salvar una planta que se está muriendo con estos 5 sencillos pasos

No hay persona en el mundo a la que le guste ver que sus plantas se debilitan y se mustian hasta que desgraciadamente acaban por secarse, incluso a pesar de intentarlo repetidas veces no logramos revivir nuestra planta. Se tiende a pensar que la falta de riego es uno de los principales motivos por el que las plantas de casa se mueren, pero lo cierto es que el exceso de este es más habitual, la mala ubicación, una fuente de calor muy cercana o una corriente de aire puede dañar seriamente las plantas. 

Revivir una planta marchita que parece que tiene los días contados es posible si se siguen una serie de pasos, eso sí, hay que tener muy claro que sí se puede revivir una planta en una ocasión, no obstante, los expertos aseguran que hacerlo dos veces es muy complicado, pues una vez que ha sufrido una deshidratación muy fuerte, pierde la capacidad de afrontarla otra vez.

¡Así podemos revivir una planta que está a punto de morir!

Eliminar los tallos y flores marchitas

El primer paso para revivir la planta seca es podarla quitando todos los tallos y las flores marchitas, pues está utilizando toda su fuerza para enviarle salvia y nutrientes. Eliminar los tallos y flores secas permitirá a la planta ahorrar energías en su rehidratación. 

Evaluar por qué está seca

A simple vista, puede parecernos sencilla esta respuesta: le ha faltado agua. Pero hay que estar atentos a otros detalles, puede que a la falta de hidratación se le ha unido un exceso de exposición solar. Un factor que nos obligará, a cambiarla momentáneamente de ubicación. Incluso si es una de esas plantas de verano para tener a pleno sol, es importante rehidratarla antes de volver a ponerla en su ubicación habitual. La falta de riego no solo debilita una planta, también la convierte en objetivo de distintas plagas. Por eso y antes de volver a hidratarla hay que valorar si tiene alguna plaga en cuyo caso habrá que atajar.

Hidratación necesaria

No se trata de encharcar la planta, hay que ser muy constante en este paso, pues la idea es devolverle el grado de humedad que necesita para revivir de la manera más eficaz. Lo primero es eliminar la capa superficial de tierra, pues la deshidratación apelmaza el sustrato, impidiendo el paso de agua. “Para llevar a cabo esta tarea, hay que ser cuidadosos y no dañar a la planta en el transcurso.

Concluida la tarea, lo ideal es sacar el cepellón de la planta de la maceta. Si hablamos de una planta plantada directamente en el suelo, lo idóneo es sacarla de la tierra sin dañar las raíces. Con la planta libre, la sumergiremos en agua templada durante 10 minutos. El tema de la temperatura es importante: el agua templada penetra mejor en el sustrato. Pasado ese tiempo, dejaremos escurrir el exceso de riego antes de volver a ubicarla en su lugar original”, aseguran desde Verdecora. 

Nueva maceta y sustrato

A pesar de la rehidratación, la planta suele necesitar algo más para revivir. Trasplantar la planta en una maceta más grande y con sustrato nuevo es el siguiente paso, permitiendo que las raíces crezcan algo más libres ayudando a rebrotar la planta. Con el nuevo sustrato se dota de nutrientes nuevos que ayudan a revivir la planta.

Hidratación de las hojas

La sequedad ambiental también tiene su impacto directo en la planta. “Para plantas tolerantes a la sequía y que admitan este tipo de técnica, bastará con pulverizar agua sobre las hojas. Para plantas que, ya de por sí, demanden una buena humedad ambiental hemos de ir un paso más allá. Nos referimos a crear una especie de invernadero para hidratar las hojas. Bastará con que coloquemos una bolsa por encima de la planta tras regarla. Eso sí: siempre alejándola del sol, ya que el efecto del calor lograría justo lo contrario de lo que buscamos”, confirman desde Verdecora.