Potenciar la memoria es fácil si añades unos cuantos alimentos a tus comidas
Una memoria fuerte es sinónimo de buena alimentación, así lo demuestra la ciencia y la composición de los alimentos de los que aquí te hablamos
Cumplir años trae muchas ventajas a nuestra vida, pero a medida que nos hacemos mayores, y sobre todo a partir de cierta edad, existen algunos condicionantes en nuestra salud y en nuestro cuerpo a los que debemos dar más importancia de lo normal. Nos referimos, por supuesto, a mantener nuestro cerebro entrenado y a potenciar nuestra memoria todo lo posible para que con el paso de las décadas siga siendo ese jardín frondoso al que podemos acudir para paladear nuestros mejores recuerdos y funcionar mejor en el día a día.
Te contamos algunos alimentos que puedes tomar para mantenerla tan alta y fortalecida como una torre de Babel.
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Fallos menores
El cerebro envejece con la edad, igual que el cuerpo, y esto comporta en muchas personas (no en otras) una sensación de inseguridad sin base científica. ‘Estoy mal, me olvido de detalles pequeños’. ‘Antes no me costaba nada recordar las cosas’. Debemos tener en cuenta que una predicción catastrofista no significa, generalmente, una verdad. Solo somos seres hipocondríacos que a veces se refugian en el esplendor (cognitivo) de la juventud para explicarlo todo.
Uno de los miedos más habituales es el que está relacionado con la debilidad de la memoria al pasar del tiempo, y esa palabra terrible que nadie quiere mirar de frente por si nos ha tocado la papeleta mala: Alzheimer. Es habitual relacionar estos primeros fallos (olvidar detalles que antes se recordaban con facilidad o ser más desordenados) con una premonición que de ningún modo tiene que ver con lo ya dicho anteriormente. Envejecer no es sinónimo de perder la cabeza, ni por supuesto, la memoria.
Dieta planificada
Según diversos estudios, la alimentación tiene un peso importante a la hora de masajear el cerebro y aportar las sustancias que necesita para desplegar todas sus galerías. Comer ciertos alimentos influye en nuestras capacidades cognitivas y en el fortalecimiento de nuestro sistema nervioso.
Por lo tanto, es útil diseñar nuestra dieta pensando en esos alimentos que contengan las vitaminas y los nutrientes implicados en el estimulante mundo de los cerebros en forma: Hidratos de carbono (glucosa), vitamina B1, B6, B12, C, hierro, triptófano y ácidos grasos esenciales (Omega 6, Omega 3)
Qué comer
Verde que te quiero verde (4-5 veces por semana): pobre de ti si eres un adulto aún atrapado en el cuerpo niño que grita ‘no me guta epinaca, mamá, odio epinaca’. Tu memoria no es nada sin el puro verdor: coles de Bruselas, espinacas, acelgas, brócoli, apio, coliflor, judías verdes y aguacate; éste también para el aporte de grasas buenas. Todos estos tienen vitamina A, B y antioxidantes como para reventar una habitación con efluvios forestales, y hasta palabras que no por sonar más extraterrestres dejan de ser menos interesantes para tus neuronas: flavonoides y sulforafanos. Súmale un consumo conejil y regular de zanahorias, ya que se ha demostrado que es uno de los alimentos más brutales para fortalecer la memoria.
Frutos secos (15g diarios): ya te hablamos en otro artículo de tus amigas las nueces, aunque desde luego no es el único fruto seco que puede tocar a tu puerta para que piques entre horas y entrenes el cerebro sin mucho esfuerzo. Tienen fósforo, vitamina E, magnesio, combaten el estrés oxidativo y, sobre todo, mantienen en buen estado el flujo sanguíneo cerebral e influyen en la salud cardiovascular.
Fruta... del paraíso (2 raciones diarias): Te fijarás, Adán, en la manzana, que tiene quecertina, respetarás los frutos rojos, como si fueran tus hijos, harás del arándano tu casa para la memoria. Recuerda: la fruta es fuente de ácido fólico.
Pescado azul (2 veces por semana): hay que estar atento a todo lo que contenga fósforo y ácidos grasos esenciales (Omega 3), así que puedes apartar el manual de zoología marina que te regalaron tus hijos por reyes y buscar salmón, trucha, caballa o bonito. Mejor ser yonki del fósforo que de otras sustancias.
Huevos, pollo y pavo: diversos estudios concluyen que la colina, un componente de la yema del huevo, es esencial para el buen funcionamiento del cerebro. Tanto el huevo como las carnes magras contienen B12.
Alimentos que contengan fibra: recalcamos otra vez la importancia del ácido fólico para mantener la memoria a punto, así que una buena idea es incluir en la dieta cierto tipo de alimentos integrales, útiles para regular el nivel de azúcar y colesterol en sangre. Quinoa, salvado, arroz y pasta integral, semillas de chía, soja, semillas de calabaza o pan de grano grueso.