Era un secreto a voces pero finalmente el empresario y exbanquero Mario Conde (74 años) ha presentado como "mi mujer" a la pintora sevillana Adriana Torres (53) en un almuerzo-coloquio en la capital andaluza, dando carácter oficial a su noviazgo. Después de dos años de relación la pareja parece plenamente consolidada. Mario acude a apoyar las exposiciones de ella y Adriana aparece al lado de él en los eventos en los que participa. Pero ¿quién es la fascinante mujer que le ha robado el corazón al hombre que llegó a la cima del sector bancario para después caer en desgracia?
Adriana es hija de Esteban Torres González-Camino y Luisa Fernanda Silva Mendaro, los fallecidos marqueses de Casa Ulloa y Casa Mendaro, título que Adriana heredó en 2014. Tiene un hermano, Esteban, que es el actual marqués de Casa Ulloa, y una hermana menor, María Fernanda, vizcondesa de Villanova. Está divorciada del empresario Felipe del Cuvillo, con el que tiene tres hijas. Pero antes, en su juventud, estuvo íntimamente relacionada con el hoy rey de Bélgica, Felipe, y las crónicas sociales de la época dieron a la hoy marquesa de Medaro como seria candidata al trono belga.
Estudió Bellas Artes y se formó en el extranjero. Quienes la conocen dicen que es bohemia, sensible, simpática y cercana. Se ha dedicado a muchas disciplinas artísticas, como el teatro o la canción, pero su relevancia social está relacionada con la pintura. En las artes plásticas se ha granjeado una gran reputación, con exposiciones en Estados Unidos, Austria, Holanda, Paraguay, Portugal, Reino Unido y Taiwán. Su estilo es sencillo y directo, con cierto toque espiritual y de reivindicación del papel de la mujer dentro de la sociedad. Antonio Banderas es uno de los mayores fans, según Mujer Hoy.
Quizás sea esa dimensión espiritual lo que ha atraído a Conde, junto a la pasión por el campo. Su noviazgo comenzó tras la confinamiento y ha transcurrido con discreción. Los amigos de la pintora, al principio, se sorprendieron bastante de esta relación. Aunque ella pertenece a una familia de clase alta, tiene amigos de todos los ámbitos y se ha relacionado con muchos artistas: “Es una mujer muy especial, es distinta, no se parece en nada a las mujeres de su clase socia”, cuentan a Vanitatis. Dadas las creencias religiosas de ambos, sus amigos afirman que es muy posible que contraigan matrimonio pese a la diferencia de edad.
Por su parte, la vida sentimental de Mario Conde no ha sido tan azarosa como la profesional pero ha tenido sus vaivenes. El gran amor de su vida fue su esposa Lourdes Arroyo, con la que se casó en 1973 y tuvo dos hijos, Alejandra y Mario. Falleció en 2007. Dos años después conoció en su gimnasio a María Pérez-Ugena Corominas, su segunda mujer, profesora de Derecho Constitucional en la Universidad Rey Juan Carlos y 18 años más joven que él. Estuvieron juntos seis años.
Se divorció de su segunda esposa en 2016, curiosamente el mismo año que Adriana se separaba del padre de sus tres hijas. Conde emprendería después una relación con Pilar Marín, sevillana 27 años menor y de mucho carácter. Según sus amistades, era ella quien llevaba la voz cantante en esa relación y a él se le veía "más tranquilo e ilusionado". En 2019 llegaron incluso a sonar campanas de boda, pero la historia no prosperó.
Ahora Mario parece haber encontrado su media naranja definitiva. En una publicación de Instagram, el banquero llegó a aseverar que en una misa en Casa Mendaro, ante el Cristo del Milagro, sintió la aprobación de su fallecida primera esposa a su relación con la marquesa pintora: "Se produjo en mi interior el mismo sentimiento que en la prisión y percibí que el mensaje era de parte de Lourdes. Decía: 'Ahora sí. Ahora estoy feliz'".