La penúltima reaparición pública de Meg Ryan tuvo lugar en noviembre de 2021, en la gala amfAR en Los Ángeles. Tras ella, ha permanecido en el habitual discreto segundo plano que mantiene desde hace tiempo, alejada del foco mediático y con escasas intervenciones en sus redes sociales. La actriz de 61 años, que gozó de una enorme popularidad en la década de los 90 debido a su participación en un buen número de comedias románticas, ha reducido y mucho su exposición conforme se ha alejado de la interpretación. Recientemente ha reaparecido con motivo del estreno del documental de su íntimo amigo, Michael J. Fox. Y su aspecto ha generado una oleada de comentarios críticos en redes sociales.
Durante varios años, Ryan se convirtió en uno de los mayores reclamos para la taquilla. Papeles tan icónicos como los de 'Cuando Harry encontró a Sally'(que le valió una nominación a los Globos de Oro), 'Algo para recordar' o 'Tienes un e-mail' hicieron de ella una de las denominadas "novias de América", disparando su popularidad de forma exponencial, haciendo de ella la actriz mejor pagada del mundo durante un tiempo, y convirtiendo el rostro en Meg en icono de un cierto prototipo de belleza femenina que se acuñó entonces como "la chica o vecina de al lado".
A mediados de la década de los 2000, su papel de estrella del cine comenzó a resentirse. Su convulsa vida personal contribuyó, pero fue su participación en 'En carne viva', un calculado giro a su carrera, lo que derivó en un sonoro varapalo a su trayectoria profesional. El público no pareció perdonarle entonces las escenas eróticas y sus desnudos en el filme. Sus papeles comenzaron a ser mucho más esporádicos y la repercusión de sus películas, totalmente residual. Finalmente acabó por retirarse de la interpretación. En 2019, en una entrevista para The New York Times, reconoció que su idilio con Hollywood había terminado, y que se trataba de un "sentimiento mutuo".
Desde entonces, Ryan ha cultivado una nueva faceta como directora (de la película ‘Ítaca’ en 2015, y de 'What Happens Later', que se estrenará en 2023), pero sobre todo ha reducido considerablemente su exposición mediática y sus apariciones públicas, centrándose en su vida personal. Por eso sus recientes imágenes junto a Michael J. Fox han generado un especial revuelo, habida cuenta de que hacía meses desde su última asistencia a un evento. Los comentarios en redes sociales y medios de comunicación americanos han girado en torno al cambio físico que ha experimentado la intérprete en los últimos años.
La cirugía estética a la que Meg ha recurrido en varias ocasiones ha alterado el que fuera uno de los rostros más reconocibles y reconocidos del globo. Los comentarios en redes como Twitter han criticado un supuesto exceso de bótox y demás retoques estéticos.
Respuestas como "¿Qué se ha hecho en la cara?", "Está irreconocible" o "Estos son los estragos que provoca la cirugía estética" son algunos de los mensajes que resumen el sentir general en redes sociales ante el nuevo aspecto de la actriz. Muy habituales han sido también las comparaciones con otras mujeres famosas de edades similares, como Madonna, muy criticada en los últimos años por el mismo motivo.
Un cambio físico que adquiere una especial relevancia en el caso de la también productora. Porque lo cierto es que Ryan, como han hecho otras personalidades públicas, ha reflexionado públicamente sobre el edadismo y el injusto foco que recibe el aspecto de una artista conforme cumple un determinado número de años. "Hay temas más importantes que cómo las mujeres envejecen y la pinta que tienen", aseguraba en 2015, cuando reconocía no prestar demasiada importancia a este tipo de controversias sobre sus cambios estéticos.