El envejecimiento es parte del ciclo vital, y como tal debería estar asumido. Sin embargo, según un estudio elaborado por DYM Market Research, el 65% de las personas en España afirma estar preocupadas por retrasar el envejecimiento y llevar una vida saludable. A los 65 años este porcentaje alcanza al 79,2%. En Estados Unidos, un estudio realizado por Pew Research en el 2014, apunta que el 87% de las personas afirman temer a los siguientes signos de la vejez: miedo al declive del estado físico (23%), a la pérdida de la memoria (15%) o a la posibilidad de padecer enfermedades crónicas (12%). Estas preocupaciones incluso superan el temor a morir (10%).
En el caso de las mujeres, un estudio realizado por el Instituto de la Menopausia señala que el 67,3% de las mujeres siente preocupación ante el paso del tiempo y de lo que podría significar para sus vidas. Una de las mayores preocupaciones son: deterioro mental y cognitivo; deterioro físico; la posibilidad de desarrollar enfermedades degenerativas relacionadas con la edad; la pérdida de vitalidad y energía; la pérdida de independencia; dejar de poder hacer actividades regulares como viajes, actividades de ocio y todo tipo de relaciones sociales.
Por todo ello, los últimos avances médicos apuntan al estudio integrado de distintas variables para poder ofrecer resultados reales y duraderos en el campo del antienvejecimiento. Uno de ellos es el método Actiage, que aúna el análisis de datos en tiempo real (analíticas avanzadas y sensor metabólico) con herramientas y metodologías dirigidas a manejar o revertir los principales factores de riesgo para la salud, de forma precisa y 100% personalizada.
Se basa en cuatro ejes fundamentales:
Bajo este parámetro, con el método Actiage se aborda el tratamiento de cada persona de forma integral, trabajando en el ámbito de la nutrición, el movimiento físico, los ritmos circadianos y la salud mental, para así ralentizar el envejecimiento de manera eficaz, rápida y sencilla. “El trabajo se realiza con el paciente, no con el promedio poblacional, ofreciendo una medicina de precisión que tiene en cuenta el historial médico, el estilo de vida de la persona y sus preferencias personales así como los objetivos. La dedicación en exclusiva al individuo, con intervenciones a medida, posibilita la obtención de resultados de salud a largo plazo minimizando la utilización de farmacología”, explica Marcelo Lewin, CEO de Actiage.
En el proceso de asesoramiento médico, es fundamental abordar los pilares de la longevidad: la nutrición y su impacto a nivel bioquímico; el movimiento físico y su papel a nivel hormonal y fisiológico; la sincronización de los ritmos circadianos (cantidad y calidad del sueño así como correcta exposición al Sol) y la salud emocional como factores claves para mantener la salud a largo plazo.