No quieres dejarte canas. No te molesta ver alguna mecha plateada, pero te ves lejos del pelo a lo 'bola de algodón', la estética "cotton-haired" que últimamente invade Instagram. Al mismo tiempo, ves cómo el tinte está estropeándote el cabello. Te quitas las canas, pero dañas la salud capilar. Para todas las personas sumidas en estos mares de dudas, surge una nueva técnica: la coloración por barros, una manera de dar brillo y vigor al cabello, matizando el pelo blanco, pero manteniendo el reflejo plateado. Perfecto, por ejemplo, para alargar el tiempo entre tinte y tinte mientras cuidamos de la melena. Muchas celebs lo usan ya. Entre las últimas, la Reina Letizia, que a sus 47 años se ha entregado al empoderamiento de la cana.
En la coloración por oxidación (el clásico tinte), se abre la fibra del cabello para que el pigmento penetre. Cuando va creciendo, el cabello sano no está 'roto' ni pigmentado de manera artificial. Por esa razón se genera el típico efecto raíz. En las coloraciones naturales o por barros, sin embargo, no se altera ni el cuero cabelludo ni el cabello. La transferencia de pigmento es mucho más suave, por eso no cubre completamente las canas, pero sí engrosa la fibra y aporta mucha hidratación. Tampoco altera el color natural del pelo, sino que simplemente aporta un reflejo matizando los cabellos plateados.
Su principal ventaja es que no ocasionan ningún tipo de agresión al cabello. Los barros penetran en el cabello de forma superficial. Tienen una acción astringente que desintoxica a fondo el cuero cabelludo, elimina los residuos y aporta volumen desde la raíz. También mejoran la cutícula por sus propiedades fitoterapéuticas, dejando el pelo más suelto y sin encrespamiento. Para poner la guinda: son más duraderos que el color convencional.
Los barros capilares son naturales en un cien por cien y están compuestos por extractos de plantas, maderas, flores, algas y tierra. Los activos botánicos básicos son arcillas, minerales, hojas de henna, hojas de soja, linaza, cáscara de nuez, hojas de índigo, tomillo, abedul y té, entre otras sustancias.
En los tintes clásicos el compuesto habitual es el amoniaco, que se usa para abrir la cutícula y ayudar a que el pigmento penetre y provoque la oxidación. También se pueden encontrar en estos tintes el peróxido de hidrógeno, utilizado para decolorar; el resorcinol, que ayuda a conseguir tonos claros; el tolueno, un colorante clásico o algunos conservantes como los parabenos o el fenoxietanol, que pueden liberar formaldehido. Algunas de las reacciones alérgicas más llamativas (rostro inflamado, cuero cabelludo sensible, picores o eccemas…) tienen que ver con estas sustancias.
Todos los cabellos pueden beneficiarse de esta coloración natural, independientemente de ser rubia, morena o pelirroja, de haber abusado de los tintes químicos o de que tengas algún problema de caída. Para algunos profesionales, es, de hecho, un tratamiento que todos deberíamos hacernos un par de veces al año para mejorar la calidad capilar. Previene alteraciones como la grasa, la caspa y algún tipo de alopecia. Para cueros cabelludos sensibles es una auténtica bendición.
En el plano puramente estético, los barros no disponen de una carta de colores extensa. Los tonos con barros van desde rubios oscuros a rojizos. En las bases oscuras se realiza un proceso de transición que ayuda a disimular las canas.
Quizá en este punto, este su principal inconveniente. Al tener un origen natural, las tonalidades no son exactas y pueden variar según el lote o la época del año. Además, dependiendo de la coloración previa pueden aparecer distintos tonos en una misma melena. Es lo contrario a una coloración plana y uniforme. Por esta razón, si lo hacemos desde casa, puede haber alguna sorpresa. En los salones profesionales, los peluqueros pueden hacer distintas mezclas (de la misma manera que hacen con el tinte) para dar con un resultado exacto.
Si bien son innegables los beneficios de los barros para la salud capilar, no es aún un tratamiento extendido en todas las peluquerías, ya que realmente exige que los aplique un colorista top. Algunos salones, sin embargo, ya se han rendido al poder de los barros. Entre ellos, destacan Eva Villar Beauty, Cheska, Aveda Madrid Lifestyle, Salones Madrigal, Peluquería Carmela Domínguez, en Sevilla, o Mirache. Este salón trabaja con la línea Secretos del agua, que también puede comprarse online para realizar el tratamiento en casa.
Si te decides por esta opción, es aconsejable usar productos naturales sin sulfatos para mantener más tiempo los resultados. Como única prevención, antes de lanzarte, si siempre te has teñido con el color convencional y quieres pasarte al barro, deberían hacerte un diagnóstico previo en un salón profesional. Es posible que necesites un ajuste de color o unas mechas para igualar el porcentaje de canas y el tono elegido.