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Si eres de los que no pueden empezar el día sin una taza de café bien cargado, es posible que muchas veces hayas pensado que es una lástima no poder aprovechar los restos. En España, el consumo de café es de aproximadamente 3,5 kg por habitante al año. Esto significa que se desperdician más de 150 millones de kilos de restos, entre cascarillas y posos de café. ¿Su destino no es otro que la basura?
La buena noticia es que puedes aprovechar los posos del café en un buen número de situaciones cotidianas. ¡Te sorprenderá lo fácil y práctico que es darles una segunda vida útil! A continuación, te damos buenas ideas para reutilizarlos.
El café contiene restos de nitrógeno, potasio, fósforo entre otros micronutrientes que, añadidos al compost o tierra en una proporción de no más del 20% pueden proporcionar una mejora de la calidad de la tierra. Pero sus propiedades no se quedan aquí, ya que también es útil para repeler insectos y controlar las plagas. Las plantas que mejor toleran los posos del café son las rosas, los arándanos, azaleas, zanahorias, rododendros, hortensias, coles… Todas ellas son plantas que crecen mejor en suelos más ácidos.
Los posos de café ayudan a evitar olores fuertes. Por ello puedes introducirlos en un vaso en la nevera y conservarlos para que absorban los desagradables olores.
Del mismo modo, los posos pueden evitar el olor en el calzado. Para ello debes poner los posos dentro de un filtro (que evitará las manchas en el interior del calzado) y meterlo dentro dejando actuar 24h. También puede servir para eliminar el olor a tabaco o el mal olor de las tuberías.
La cafeína aparece como ingrediente activo en las cremas anticelulíticas. Si mezclas los posos con aceite de coco y masajeas sobre las zonas a tratar puedes obtener resultados espectaculares… a muy poco precio.
Los posos de café, mezclados con frutos secos triturados o aceite de coco o de oliva pueden servir para crear un exfoliante casero completamente natural y tan efectivo como los que se compran en farmacias.
La madera barnizada recobra vida y color gracias a los posos de café. Si pasas un trapo por el mueble con los posos fríos puedes devolver el brillo a tus muebles.
Si tienes mascota, los posos del café frotados sobre el pelo de tu mascota recién bañada ayudará a evitar las malas pulgas.
Los posos del café te ayudarán a dejar relucientes las zonas más difíciles de cazuelas y sartenes.
Hay quienes echan mano del café sobrante para prepararse una mascarilla capilar. Con el pelo húmedo, exfolia tu cuero cabelludo con los posos del café. Además, este masaje es idóneo para estimular el crecimiento de tu cabello. Si tienes el pelo castaño o pelirrojo, parece ser que los posos son un eficaz potenciador del brillo. Al finalizar el tratamiento, asegúrate de que aclaras tu melena con abundante agua.
¿Quién no adora el aroma a café recién hecho por la mañana? Seas o no un entusiasta del café, lo que está claro es que no hay mejor manera de recibir un nuevo día que con este delicioso olor impregnando cada rincón de nuestro hogar. Para disfrutar de esta fragancia por más tiempo, un secreto es hacer velas aromáticas.
Para ello, necesitarás una mecha, cera de abejas o vegetal (son ceras biodegradables mucho más convenientes que la clásica parafina líquida) y los posos del café. Tras derretir la cera al baño María, ya sólo queda introducir los ingredientes en un recipiente. Así podrás deleitarte con el aroma a café recién hecho en cualquier momento del día.
Los posos del café pueden convertirse en pintura marrón para tus proyectos creativos o de bricolaje. Sólo necesitas sumergirlos en agua caliente, un pincel y dar rienda suelta a tu imaginación. Con esta pintura natural puedes realizar arte en papel o, incluso, obtener un tinte para rejuvenecer tus muebles de madera.
Los restos de café son un perfecto inhibidor de polvo o cenizas en lugares como las chimeneas. Para ello solo se debe regar restos de café húmedo sobre las cenizas y listo.
Este uso no podía faltar. Con los restos o posos del café puedes hacer un excelente marinado para las carnes. ¿Cómo? Mezcla los restos de café con pimienta, azúcar y sal. Después embadurna la pieza de carne con un chorrito de aceite de oliva y cúbrela con el marinado anterior. Déjalo en reposo unas horas y, luego, cocínalo al gusto. Toda una delicatesen.