Fino, seco, fosco o teñido: dime qué tipo de pelo tienes y te diré cómo puedes mejorarlo
Antes de perderte entre la avalancha de tratamientos capilares, es importante que conozcas lo que necesita cada tipo de pelo
La falta de hidratación suele ser la causa común a muchos problemas capilares
Infórmate de lo que de verdad ofrecen los distintos tratamientos: por ejemplo, el bótox capilar no contiene toxina botulínica
El diccionario de belleza capilar no hace más que aumentar: keratinas, alisados, taninoplastias... Las técnicas que prometen milagros crecen y las dudas nos asolan. Cada pelo es un mundo y lo que a uno puede funcionarle a otro, no. Este aspecto es importante si lo que se busca es mejorar el cabello masculino, algo diferente del de las mujeres. El pelo de los hombres tiende a ser más grueso y más propenso a ser graso y tener caspa.
Las mujeres, por su parte, tienen el cabello más fino, lo que implica que puede ser más quebradizo y seco. La especialización, por tanto, se impone. No es lo mismo un pelo débil que uno fino, un cabello encrespado o uno rizado… Si entendemos para qué sirve cada técnica, conseguiremos un pelo en perfecto estado que, además de hacernos más atractivos, nos permitirá ganar tiempo en la vida diaria, ya que un cabello sano es muy fácil de manejar. ¿Cuál es el truco? Saber qué tratamiento le viene mejor a cada tipo de pelo, ya sea de hombre o de mujer.
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Cabello seco: proteínas y aceites
El principal problema de este tipo de cabello es la falta de hidratación. Esta carencia hace que sea muy difícil de manejar y que sea propenso a mostrar puntas abiertas, aspecto mate y fibras capilares rebeldes, lo que nos da ese aspecto de estar siempre mal peinados. Para repararlo, se puede utilizar un tratamiento a base de aminoácidos, responsables de mantener la hidratación, y colágeno para aportar flexibilidad y evitar roturas.
Otros profesionales insisten en que lo mejor para hidratar el cabello y tenerlo brillante es el uso de aceites, como el de argan o el de coco. En ambos casos, el resultado es absolutamente sorprendente.
Cabello fino, sin cuerpo: ¿bótox?
El pelo fino parece sinónimo de mala calidad, pero tiene sus ventajas. Mantiene la humedad más que el pelo grueso, así que se mantendrá más tiempo hidratado. A cambio, es más propenso a dañarse y debilitarse. Como inconvenientes extras, el peinado dura menos y tiende a caer sin gracia alrededor del rostro.
Para mejorarlo, lo ideal es darle un tratamiento de volumen. En los salones de peluquería se habla de bótox capilar, pero en realidad no contiene la famosa toxina botulínica, sino un cóctel de vitaminas, aminoácidos, proteínas, ácido hialurónico y colágeno que regenera y evita el envejecimiento del cabello. Para sentir los efectos, lo recomendable son cuatro sesiones.
Cabello débil: fortalecerlo para evitar su caída
Mediante un tratamiento intensivo anticaída con vitaminas que actúa directamente en el bulbo combatiremos la pérdida del cabello, estimularemos la circulación sanguínea y oxigenaremos el cuero cabelludo.
¿Cómo funciona? Las vitaminas son los oligoelementos que revitalizan, dan cuerpo y tono al cabello anémico y ayudan a recuperar el cabello perdido, aunque depende mucho del tipo de alopecia. La estacional se soluciona sin problemas. Con el resto, por ejemplo, la areata, es necesario ponerse en manos de un tricólogo o dermatólogo capilar.
Cabello encrespado y fosco: fuera químicos
El pelo fosco es un pelo encrespado, de textura áspera, con mucho volumen y poco flexible. La cutícula suele estar abierta por falta de hidratación. Los tratamientos anti-frizz siempre van a hidratarlo con buenas mascarillas. Mimar este tipo de pelo, que acusa más que otros la contaminación, el uso de productos agresivos o una excesiva exposición al sol, es lo verdaderamente importante.
Por esta razón, es fundamental utilizar buenos productos, cepillos o peines poco agresivos e intentar no recurrir a muchos químicos, ni en tintes ni en otros productos como los que prometen rizar o alisar. La naturalidad y la hidratación le vienen bien a este tipo de cabello.
Recuperar el tono por exceso de teñido: peeling e infusiones
Sea cual sea el tono de nuestro cabello, a veces está apagado por haber sometido el cabello a muchos teñidos o por la cantidad de productos de estilismo que usamos. Para liberar el color, nada mejor que un peeling capilar, un tratamiento rejuvenecedor que ayuda a regenerar y revitalizar el cuero cabelludo mediante la exfoliación actuando igual que un tratamiento facial. El objetivo es conseguir la luminosidad perdida sin generar efecto raíz.
Si el problema no se soluciona haciéndote un détox capilar, puedes probar con infusiones capilares, normalmente a base de henna. Declinada en distintos tonos, la henna puede darle, además de un tono más vivo, luminosidad, brillo y fortaleza. En formato spray, estas infusiones son cómodas de aplicar, perfectas para el cabello tanto de hombres como de mujeres.