La Gala del Met no es solo la noche del año más importante del mundo de la moda, sino que también es una de las ocasiones en la que los artistas y celebrities (y sus estilistas) pueden crear los looks más estrambóticos y atrevidos para posar frente a los flashes.
Entre todos los estilismos extravagantes que suelen caracterizar a esta fiesta, en esta última edición hay uno que ha recorrido la alfombra roja acaparando todas las miradas. Kim Kardashian llegaba la última al evento, pero la espera merecía la pena cuando la influencer y estrella de televisión aparecía con nada más y nada menos que el vestido con el que Marilyn Monroe, en 1962.
"La idea se me ocurrió después de la gala de septiembre del año pasado. Pensé: ¿qué habría hecho para el tema americano si no hubiera sido el look de Balenciaga? ¿Qué es lo más americano que se te ocurre? Y eso es Marilyn Monroe", explicaba Kardashian.
Con un cabello rubio platino recogido en un moño y una chaqueta de pelo blanco que simulaba la de Monroe, Kardashian se hacía por completo con la Gala del Met.
"Para mí el momento más Marilyn Monroe es cuando cantó Feliz Cumpleaños a JFK, fue ese look", decía la celebrity, que en las pasadas ediciones también triunfó con un vestido de Mugler de efecto mojado que llevó en 2019 o el extravagante traje de Balenciaga que se puso el año pasado.
En la actualidad, este vestido tiene el récord de ser el más caro vendido en una subasta. "Soy una gran aficionada a las subastas y tengo varias piezas de JFK, así que conozco al dueño de Julien's. Él me puso en contacto con Ripley's y así fue como empezó la conversación", explicaba a la revista Vogue, Kardashian.
Una nerviosa Marilyn Monroe se subía al escenario, se quitaba un enorme abrigo de piel blanco y cantaba "Happy Birthday, Mr President" al presidente John F. Kennedy en su 45º cumpleaños en 1962. El vestido acaparaba las miradas, con sus más de seis mil cristales y un efecto de piel desnuda que escandalizó a los allí presentes.
El vestido estaba basado en un boceto de Bob Mackie para el diseñador de vestuario de Hollywood de origen francés Jean-Louis. "Hoy en día todo el mundo lleva vestidos transparentes, pero en aquella época no era así", relataba a Vogue Kim Kardashian. "De cierta manera, es el vestido desnudo original. Por eso era tan impactante".
Mackie relataba que "Marilyn estaba increíble y logró exactamente lo que pretendía. Los estudios Fox no la dejaban llevar nada demasiado revelador en las películas, por el escándalo del calendario de desnudos anterior. Y a ella no le importaba, porque ya la habían despedido. Su figura estaba en su apogeo, el vestido era un clásico de la moda de la época".
Marilyn Monroe felicitó al entonces presidente de Estados Unidos, John Fitzgerald Kennedy, durante la fiesta celebrada el sábado 19 de mayo de 1962 en el emblemático Madison Square Garden de Nueva York. Y escogió este vestido en concreto.
Jacqueline Kennedy, que sabía que Monroe iba a acudir al acto, no acompañó a su marido, ya que por entonces se habían expandido los rumores sobre la relación en secreto que ambos mantenían. Al evento asistieron más de quince mil personas. Entre ellas, Robert Kennedy, con el que también mantuvo más que una amistad, tal y como se vuelve a asegurar en el documental estrenado recientemente en Netflix: 'El misterio de Marilyn Monroe: Las cintas inéditas'.
Esa noche, la actriz lució el icónico modelo confeccionado en gasa de seda color beis y adornado con dos mil quinientas incrustaciones de cristal cosidas a mano, lo que daba esa sensación de desnudez que escandalizó al mundo. El vestido era tan sumamente ceñido que para cerrarlo por detrás se lo tuvieron que coser una vez enfundado, por lo cual empezó a desgarrarse durante la velada.
Después de este momento histórico, la relación entre la actriz y los hermanos se fue deteriorando, hasta la muerte de Monroe meses más tarde.
Según afirman, Monroe le pagó a Jean-Louis 1.440 dólares por este vestido a medida, que se vendió por primera vez en una subasta en 1999 por más de un millón de dólares como parte de la venta de su patrimonio con Christie's. Después, se vendió por 4,8 millones de dólares en Julien's Auctions en 2016, y posteriormente fue adquirida por el museo Ripley's Believe It Or Not.
Actualmente, esta pieza icónica está guardada en una cámara oscura y controlada a una temperatura óptima de 68 grados y un 40-50% de humedad. Para conservarlo en un estado óptimo, el multimillonario vestido no ha sido llevado por nadie más además de Monroe, y ahora Kim Kardashian.
Par asegurarse de que Kardashian podía entrar a la perfección en la pieza, Ripley's le invito a probarse una réplica. Pese a la inusual figura de la celebrity, el vestido le encajaba a la perfección. Sin embargo, cuando el original viajó desde Orlando hasta la casa de Kardashian en Calabasas no era tan perfecta la talla. "El vestido fue transportado por guardias y tuve que ponerme guantes para probármelo", explicaba ella.
"Siempre pensé que tenía muchas curvas. Me imaginaba que podría ser más pequeña en algunos lugares donde ella era más grande y más grande en lugares donde era más pequeña. Así que cuando no me quedó bien quise llorar porque no se puede modificar en lo absoluto", añadía.
Kim Kardahsian tuvo que hacer una dieta estricta a pocos meses de la esperada Met Gala 2022. "Me ponía un traje de sauna dos veces al día, corría a gran velocidad, eliminaba por completo el azúcar y los carbohidratos, y sólo comía las verduras y las proteínas más limpias. Quería llorar de alegría cuando por fin me quedó", relataba Kardashian.
"Soy muy respetuosa con el vestido y con lo que significa para la historia de Estados Unidos. Nunca querría sentarme en él, ni comer en él, ni correr el riesgo de que se dañe, y no llevaré el tipo de maquillaje corporal que suelo llevar’", explicaba Kardashian, que se puso una réplica del vestido propiedad de Ripley's tras subir las icónicas escaleras de la gala. "Solo Kim podía llevar este vestido", se podía leer en Instagram sobre esta prenda, que una vez más ha hecho historia.