Del oro siempre se habla por su valor económico y como valor refugio. Pero este metal no es solo valioso monetariamente sino que tiene grandes propiedades para la piel. El oro se luce, en forma de joyas, se puede comer, y además posee numerosos beneficios para el cuerpo humano. Por ello, está presente en muchas cremas y productos de belleza.
Uno de los beneficios del oro es su efecto antioxidante, sus propiedades lo convierten en el mejor agente contra los radicales libres, y además ayuda a que la piel asimile mejor el resto de ingredientes cosméticos. Es por tanto, un elemento que lucha contra el envejecimiento facial de forma directa. Al aplicarlo en la piel provoca un aumento del flujo sanguíneo de los tejidos, acelera los procesos celulares, activa la regeneración cutánea y potencia la creación de sustancia que rejuvenecen la piel.
El masaje facial tiene como principal objetivo estimular la circulación, a la vez que combate la flacidez. Si nos paramos a pensar, los músculos de la cara no están sometidos a ninguna actividad física, solo a nuestras expresiones, por lo tanto es una zona donde la circulación sanguínea no es demasiado alta. Por lo tanto, si la estimulamos, incrementamos la oxigenación de los músculos y la mejora de los tejidos, los cuales recuperan parte de su elasticidad. Además de estos efectos, realizar un masaje facial de forma regular nos permite:
Esta técnica es de origen chino. Se realiza mediante acupresión en ciertos puntos ubicados a lo largo de canales de energía, llamados meridianos.
Los practicantes de esta técnica utilizan dispositivos especiales, dedos, palmas, etc. La digitopresión facial ayuda a corregir arrugas. Esto es debido a que esta técnica aumenta la circulación y por lo tanto mejora el tono muscular y el tejido conjuntivo, disminuyendo la aparición de arrugas.
Este tipo de masaje es el más usado y es el que se suele enseñar en las academias y escuelas de estética, por eso es el que la mayoría de profesionales practican. Incluye maniobras tales como roces suaves y profundos, tecleos, pellizcos, amasamientos.
Está indicado para pieles con envejecimiento o fotoenvejecimiento. Estas pieles necesitan un estímulo en la dermis para promover nuevo colágeno que cumple la importante función de sostén.
Por lo general este tipo de masaje se realiza con diferentes principios activos, como vitamina C, ácido hialurónico, DMAE, etc.
Masaje Kobido significa: “Antiguo Camino de la Belleza”, y es el masaje facial oriental más antiguo del cual se tiene documentación. Se conoce actualmente como lifting facial japonés.
Este masaje trabaja sobre 16 músculos de la cara muy superficiales mediante 47 maniobras diferentes. Estas maniobras se aplican en cara, cuello y cuero cabelludo, produciendo una gran relajación, aliviando dolores y molestias. Aporta, además, una gran cantidad de oxígeno a la piel.
También produce un estímulo en el colágeno dérmico, mejorando de esta manera el tono cutáneo y la relajación, aportándole frescura.
Existen diferentes tipos de masajes y lo mejor es empezar por los más sencillos para, poco a poco, convertirlo en un hábito. Los pasos básicos a seguir son: