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La papada llega a nuestras vidas como lo hacen las arrugas o las canas. La verdad es que es otro de los compañeros del paso del tiempo y tampoco pasa nada. La producen la flacidez de la piel y la pérdida de la tonicidad, porque ya no generamos tanto colágeno como cuando teníamos veinte años. También la provoca el sobrepeso o el exceso de grasa corporal.
En Uppers entendemos que a algunos les sigue sin gustar su mentón y querrían saber cómo eliminar la papada. La medicina estética propone el Neolifting ® como una de las soluciones posibles, así que hemos hablado con la doctora Petra Vega, médico estético y presidenta de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME). Nos ha explicado qué es el Neolifting ®, en qué consiste esta técnica de última generación y qué resultados se obtienen.
Se trata de un término registrado que hace referencia a una técnica quirúrgica. La doctora Petra Vega aclara que “hasta aparecer registrado era una forma de marketing para referirse al lipoláser (liposucción asistida por láser) aplicado a la zona de la cara y del cuello”.
Destaca la doctora Vega que “ya hace unos años que el láser se emplea como asistencia de la liposucción”. El avance tecnológico hace posible que los equipos a disposición de la medicina estética sean cada vez mejores y más sofisticados. “Sabemos cuánto cuesta eliminar la papada sin nuestra intervención. Con el lipoláser sí es posible. Se consiguen muy buenos resultados tanto en la mejora de la grasa como en la reposición de la piel”, apunta la doctora Vega. Incluso, nos ha confesado que se suele realizar esta intervención más en hombres que en mujeres.
En concreto, para llevar a cabo esta operación estética, primero “se efectúa una infiltración de la zona con anestesia local tumescente por incisiones muy pequeñas”, avanza la doctora. A continuación, se aplica la fibra del láser que, según puntualiza, “existen distintos equipos con diferentes longitudes de onda y características”. Detalla que esta fibra de láser cumple dos funciones: “Por un lado, disuelve la grasa. Por otro, mejora la flacidez y el exceso cutáneo facilitando su adherencia a planos profundos”. El siguiente paso en la operación para la eliminación de la papada es la extracción de la grasa, si se requiere. Por último, se lleva a cabo la sutura de los puntos de entrada.
La doctora Vega dice que con anterioridad el único tratamiento quirúrgico existente era el lifting. Ahora “el lipoláser permite que en un altísimo número de casos se consigan grandes resultados con mucha menos agresividad, muy naturales y con una larga duración”. Además, anota, “no deja cicatrices o son mínimas porque la mayoría de los puntos de entrada son muy poco visibles”.
Otra de las ventajas de esta técnica para eliminar la papada es que en muchas ocasiones solo se requiere una anestesia local con o sin sedación. Aunque depende de cada persona, la duración de las intervenciones oscila entre las dos y las tres horas. Es una operación ambulatoria con lo que el paciente se marcha a casa el mismo día.
En algún caso se precisa anestesia general y, por tanto, debe realizarse en un centro acreditado para ello. De todos modos, el elegido debe estar autorizado por la Comunidad Autónoma correspondiente y disponer de un quirófano homologado.
Tras la operación, habitualmente, se coloca una banda elástica que el paciente debe llevar durante unos días y se prescribe una medicación con antibióticos, antinflamatorios o cremas para los posibles hematomas. La doctora Vega describe que “pueden aparecer hematomas al igual que inflamación y la sensación de tirantez durante unos días”.
Sin embargo, es una operación que como todas tiene sus indicaciones y limitaciones. No pueden someterse a ella “los casos con un gran exceso de piel, donde es recomendable la realización de un lifting quirúrgico tradicional o la utilización de las nuevas tecnologías de endoscopía”. La doctora Petra Vega concluye que tampoco se utiliza el lipoláser en “las personas que tengan contraindicaciones quirúrgicas o en aquellas con expectativas poco realistas”.
Entre las recomendaciones después de someterse a esta cirugía destaca que en las primeras 24 horas no se debe conducir ni realizar actividades peligrosas debido a la sedación. Además, está contraindicado hacer ejercicio al menos durante las dos semanas posteriores al igual que tomar el sol. En concreto, la doctora puntualiza que es “absolutamente necesario usar protección solar en los meses siguientes”. Del mismo modo, sugiere “los drenajes linfáticos manuales para acelerar la recuperación”. Teniendo en cuenta todos estos aspectos y dependiendo de cada persona, se puede volver a hacer vida normal en un tiempo que oscila entre los tres y los diez días.