Vernos como somos, pero un poco mejor. Hace tiempo que la cirugía estética no busca planchar, sino rejuvenecer el rostro de manera natural. En 1910 se realizó el primer lifting de la historia. En este tiempo, ha logrado posicionarse como la mejor técnica para recuperar la juventud de la cara, nuestra primera tarjeta de presentación. En los últimos 15 años, la cifra de liftings faciales ha aumentado una media del 20% y la franja de edad se ha adelantado una década, situándose en torno a los 40 o 45 años.
Las mujeres siguen siendo las principales consumidoras, pero el hombre, poco a poco, se ha ido incorporando a este mercado. "El hombre está cada vez más concienciado y se siente más evaluado por su aspecto. El físico es más valorado, hay más anuncios protagonizados por hombres y los hombres, en definitiva, se quieren cuidar más. Esto hace, al igual que la mujer, que queramos estar mejor a partir de cierta edad", afirma el doctor Artur Díaz Carandell, cirujano maxilofacial experto en cirugía estética facial y especialista en injerto de pelo.
El estiramiento facial es la intervención más efectiva y una técnica a la que se han dedicado recursos y años de investigación. El objetivo final es alcanzar resultados profundos y duraderos con poco postoperatorio, el principal inconveniente del lifting. "Respecto a hace 60 años, las cirugías de hoy son más seguras, lo que no quiere decir menos invasivas, pero con menos tiempo de recuperación. En el mundo actual no hay tiempo para operarse y estar 15 días de baja. Lo que estamos buscando es cómo tener el mejor resultado con el mínimo postoperatorio", señala Díaz Carandell.
Lograr este reto es el objetivo de la cirugía estética más avanzada. "Hoy, actuamos sobre las estructuras musculares para corregir su descolgamiento, además de eliminar las arrugas y la flacidez de la piel. Para ello, es imprescindible que el cirujano tenga un conocimiento profundo de la anatomía facial", explica el doctor Javier de Benito, director del Instituto de Benito, centro que atrae a pacientes de los cinco continentes.
Este lifting profundo de nueva generación es adecuando los rostros presentan un grado severo de envejecimiento, la zona mandibular se ha desdibujado y la cavidad orbitaria, que se agranda con la edad, ha descolgado los pómulos y los surcos nasogenianos.
¿En qué consiste? "Levantamos el tejido sin necesidad de despegar apenas la piel y reconstruimos los ligamentos que se han distendido a través de los años. Con ésta nueva técnica actuamos por espacios anatómicos profundos donde no hay vasos sanguíneos, para reconstruir los cimientos del rostro como no se había podido lograr antes", explica Díaz Carandell.
Lo que se consigue es un aspecto más fresco y expresivo, con mejor y más breve periodo postoperatorio. Al cubrir la concavidad ósea y recuperar el volumen perdido, el efecto lifting es mucho más duradero y con resultados más naturales. También se aborda el cuello, con una sola incisión de 1,5 centímetros para ir a los planos profundos de la piel y rejuvenecer la zona. El postoperatorio ronda los diez días, con una noche de ingreso hospitalario por utilizarse anestesia general.
Además del lifting, ¿qué otras intervenciones piden los hombres? "Lo más demandado es el trasplante capilar. Hay factores que explican esta demanda. Es una cirugía estética muy segura, muy predecible y muy visual. Se nota mucho y causa un gran impacto en nuestro entorno", señala Díaz Carandell.
Después del injerto capilar, la intervención más común entre los hombres es la blefaroplastia o cirugía de los párpados. "Es nuestro caballo de batalla", explica este especialista. "A medida que cumplimos años, los párpados van perdiendo turgencia. Al cambiar la mirada y darle un aire más joven cambia por completo el aire del rostro masculino".
La definición de la línea mandibular, uno de los atributos de un rostro joven, y el aumento de la mandíbula, la característica más acusada de un rostro masculino, son las otras intervenciones más solicitadas. En todos los casos, el objetivo es minimizar la huella estética, el residuo de producto que no puede eliminarse y que termina creando volúmenes indeseados, y preservar la expresión natural. "Sabemos que hay productos que producen una huella estética importante y hay que huir de ellos. Lo que buscamos, más en el caso de los hombres, es la naturalidad, rejuveneciendo sin excesos. Al igual que a las mujeres, no quieren tener 20 años. No les importa aparentar su edad, pero sí quieren verse mejor", asegura este experto.